Hay 2 etapas generales que todo cristiano va a tener en su experiencia con el Espíritu Santo. En primer lugar, tú recibes la salvación, única y exclusivamente, por la intervención del Espíritu Santo en tu vida. Entregas tu vida al Señor, no por tu propia fuerza; nadie se puede convertir a sí mismo. Tú habías querido cambiar y no habías podido. Tu comienzo como cristiano tiene un principio, y es el Espíritu Santo, que te convence de pecado. Naces de nuevo y eres renovado, solo por el Espíritu.
Para algunos, el Espíritu es solo una manifestación. Y hay quien, cuando alguien habla en lenguas y se cae, piensa: No quiero ser uno de ellos. La gente no entiende lo que es eso, pero eso no es todo el Espíritu; porque también vemos quienes hablan lenguas, se caen, pero siguen siendo igual de chismosos, malhumorados; dando una mala presentación al Espíritu Santo. No es que no se hable en lenguas, sino que eso no es todo lo del Espíritu. Tu salvación comienza con el Espíritu porque él es quien te convence; y no tan solo tu salvación, sino que naces de nuevo, eres una nueva criatura. Tu renovación es por el Espíritu de Dios. Así que, si no se ve una renovación en tu vida, una nueva actitud, un nuevo comienzo, el Espíritu Santo no está obrando en ti.
La segunda etapa se trata de cómo vemos la presencia del Espíritu en nuestras vidas como cristianos. Según Gálatas 5, vivimos por el Espíritu, caminamos en el Espíritu, y producimos los frutos del Espíritu. Según Romanos 8, tenemos que poner nuestra mente en las cosas del Espíritu. Es por el Espíritu que morimos a la carne, al pecado; es el Espíritu Santo quien te da la fortaleza para tomar dominio sobre tus pensamientos, sobre tu mente. Cuando somos dirigidos por el Espíritu Santo, somos hijos de Dios. Aunque por el Espíritu eres hijo, lo demuestras en tu vida cuando eres dirigido por él. La Escritura usa 2 términos para referirse a los hijos; uno quiere decir hijos por naturaleza, el otro, hijos por carácter. Hay quien tiene el ADN natural, pero no el carácter del Padre. Todo el que se convierte viene a ser hijo de Dios por naturaleza, pero no todo el mundo se comporta como hijo de Dios; porque, para comportarse como hijo de Dios, no hace falta tan solo haber nacido de nuevo, sino también ser dirigido por el Espíritu de Dios. El Espíritu Santo intercede por nosotros. En tu vida, hay cosas que no sabes cómo orar, cómo hacer; solo a través del Espíritu es que podrás manifestarlas en tu vida. Y eres, además, fortalecido en el hombre interior por el Espíritu Santo.
Así que el Espíritu no es únicamente una experiencia momentánea. Tu vida de continuo debe ser una vida en el Espíritu; tú debes caminar en estas cosas. Para que esto ocurra, tiene que haber un despertar en tu vida acerca de la persona y obra del Espíritu Santo. Caminar en el Espíritu te da una ventaja que pareciera injusta ante los demás; te da acceso a revelación, información, conocimiento, favor y gracia que otros no tienen. Tú debes procurar vivir esa experiencia al máximo con el Espíritu Santo. Si ese despertar no ocurre, tu vida estará llena de muchas interrogantes.
Génesis 1, dice que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. En el comienzo de la creación, era el Espíritu el que estaba actuando. Juan 1, usa unas palabras similares. En la Biblia, al Espíritu Santo se le llama el verbo de Dios, es la parte que actúa. Dios dice, y el Espíritu actúa. Dijo Dios: Sea la luz. Y fue la luz. ¿Quién hizo la luz? El Espíritu. En Lucas 1, cuando el ángel le dice a María que tendría un hijo, ella pregunta: ¿Cómo será esto? Quizás tú hoy te preguntas: ¿Cómo será esto? Tu mayor interrogante es: ¿Cómo? Lo que Dios ha dicho que va a hacer suena muy bonito, pero tu pregunta es: ¿Cómo? María preguntó: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón. Y la solución a todos tus “cómo” es la misma que la de María: El Espíritu Santo. Estas 3 palabras responden todos tus “¿cómo?” Cuando tu cónyuge te pregunte: ¿Cómo vamos a pagar la renta? Dile: El Espíritu Santo. ¿Cómo vas a levantar esa empresa? El Espíritu Santo. ¿Cómo vas a obtener tu casa? El Espíritu Santo. ¿Cómo vas a prosperar en tu país? El Espíritu Santo vendrá sobre ti con el poder del Altísimo. Esa es la vida de un cristiano.
La seguridad en la vida de un cristiano es que no tiene que saberlo todo, sino conocer a quien sí lo sabe; y, si tú tienes a quien lo sabe todo, eso es lo único que te hace falta. Cuando estés a punto de perder la mente, cuando no sepas qué hacer, lo único que tú debes decir es: El Espíritu Santo. Esa es la verdadera vida de un cristiano.
El único que responde todos los cómo de tu vida es el Espíritu Santo, y en él es que tú puedes confiar para que cada pregunta tenga una respuesta. Tú no sabes cómo él lo va a hacer, pero sabes quién lo va a hacer, y esa persona es el Espíritu Santo, que te dio un nuevo nacimiento, ha renovado tu vida, te ha traído hasta donde estás hoy, y es el que te va a sacar de todo problema que tú puedas tener. Él es el que va a cumplir su propósito en ti, desde el principio hasta el fin. Engendró a Jesús, estuvo en el nacimiento y bautismo de Jesús, estuvo en el desierto con Jesús, lo llevó a la cruz y caminó con él, y se metió en la tumba y lo sacó de allí; y, de la misma manera, te dio un nuevo nacimiento a ti, y va a estar en tu vida, en tu desierto, en tu caminar, en tu cruz, y dondequiera que tú vayas.
Hay una sola respuesta para tus cómo, y es: El Espíritu Santo. Él te va a dirigir, te va a llevar; y tú vas a caminar a donde él te dirija. Tú no sabes cómo va a ser; tú solo sabes que: El Espíritu Santo, cuando tú llegues allí, vendrá sobre ti, y él te va a decir lo próximo que tienes que hacer. El Espíritu Santo es el que va a proveer, le va a dar testimonio a alguien acerca de ti. La respuesta a todas tus interrogantes, es: El Espíritu Santo. Cuando María oyó esto, dijo: Hágase como tú has dicho. Cuando entiendes y recibes esto, tu vida cambia para siempre.