En los versículos que hemos leído encontramos la historia de la enfermedad del rey Ezequías, la cual era una enfermedad de muerte, y podemos ver como Ezequías oró a Dios, clamo de todo corazón esperando una respuesta de Dios, y el Señor no se hizo esperar, Ezequías recibió la sanidad y el Señor le concedió quince años más de vida. ISAIAS 38-1-6-
Definitivamente que todos queremos recibir de parte de Dios la respuesta que necesitamos para nuestra enfermedad, para nuestra problema, para nuestra afliccion, pero cuando Dios nos responde y obra un milagro en nuestra vida, ¿Cuál es la respuesta que le damos nosotros al Señor?
Veamos primeramente en la vida del rey Ezequías y también en la vida de otras personas que recibieron milagros de parte del Señor cuál es la respuesta que el Señor espera de nosotros cuando recibimos un milagro en nuestra vida.
I),PRIMERA RESPUESTA: UN CORAZÓN HUMILDE (ISAIAS 38:14-15)
Muchas veces las pruebas que el Señor permite en nuestra vida son por causa de la soberbia que hay en nuestro corazón, es decir que Dios usa esa dificultad para tratar con nuestra soberbia y que nos humillemos delante de él.
Ezequías seguramente reconoció la soberbia que había en su vida y por eso pudo expresar que después de la amargura que vino a su vida a causa de su enfermedad él andaría humildemente.
Después del milagro ya no podemos seguir siendo los mismos soberbios, tenemos que procurar caminar en humildad, para con nuestra familia, para con nuestra pareja, y principalmente humildes para con nuestro Dios, doblegando nuestra voluntad a la de el.
II) SEGUNDA RESPUESTA: UN COMPROMISO DE ADORAR A DIOS EN FAMILIA EN LA IGLESIA (ISAÍAS 38:19-20)
Ezequías dijo: “cantaremos nuestros cánticos en la casa de Jehová todos los días..” está verdaderamente es una respuesta en la cual muchos cristianos fallamos, pues para clamar por él milagro estamos siempre en la iglesia, no faltamos culto, pero cuando ya recibimos la respuesta de Dios, cuando ya él milagro está hecho, lastimosamente nos alejamos nuevamente de la casa de Dios.
Pero tenemos que comprender que para poder darle al Señor esta respuesta de estar siempre en su casa adorando en familia, lo primero que necesitamos tener es un corazón verdaderamente agradecido.
III) TERCERA RESPUESTA: TENER EL VERDADERO DESEO DE CAMBIAR NUESTRA VIDA PARA AGRADAR A DIOS (JUAN 5:13-14)
Estos textos nos narran el encuentro de Jesús con el paralítico de betesda, el cual recibió un milagro maravilloso de Jesús, después de treinta y ocho años de estar paralítico el Señor hizo que volviera a caminar.
Y aunque las palabras de Jesús parecen que son duras, pero son una realidad, pues él espera que después de experimentar su poder y su misericordia en nuestra vida anhelemos agrandarlo, ya no seguir cometiendo los mismos pecados que posiblemente fueron la causa de nuestra dificultad, que verdaderamente tengamos en nuestro corazón el anhelo de ya no volver atrás.
Es importante que también tomemos en cuenta la palabras de nuestro Señor Jesús: “No peques más, para que no te venga alguna cosa peor..” porque alguien que ha experimentado el poder y la misericordia de Dios en su vida y aun así no tiene el anhelo de agradar a Dios ¿qué más puede esperar?
CONCLUSIÓN: Reflexionemos en nuestra vida, y reconozcamos si estaremos dando a nuestro Dios la respuesta que él espera de nuestra vida después de darnos un milagro.