Texto base: Génesis 39:5
La vida de José es un retrato del obrar soberano de Dios. Aunque fue vendido por sus hermanos, acusado injustamente y arrojado a la cárcel, la Biblia repite una verdad poderosa: “Jehová estaba con José”. Esa presencia divina fue suficiente para transformar cada lugar de dolor en una plataforma de bendición.
En la casa de Potifar, la bendición de Dios se extendió a todo lo que José tocaba. En la prisión, aún los guardias reconocieron su integridad y lo pusieron en autoridad. Y cuando parecía que la historia había llegado a un callejón sin salida, Dios abrió una puerta imposible: del calabozo al palacio, de la humillación a la exaltación.
Lecciones para nosotros:
- El proceso precede a la promoción. La cárcel de José no fue su final, sino parte de su formación. Así también nuestras pruebas nos preparan para responsabilidades mayores.
- La presencia de Dios es la verdadera llave. No fue la simpatía de los hombres, sino el favor divino lo que lo levantó. Si Dios está contigo, ningún encierro puede detener Su plan.
- La promoción viene en el tiempo perfecto. José esperó años, pero cuando llegó el día de Dios, todo cambió en un instante.
Aplicación:
Quizás hoy te encuentres en tu propia “cárcel”: un tiempo de espera, de injusticia o de limitaciones. Pero recuerda: lo que parece estancamiento puede ser el peldaño que Dios usa para llevarte a tu palacio. Él sigue teniendo el control, y su promoción no falla.
Oración:
Señor, gracias porque aun en mis cárceles estás conmigo. Ayúdame a confiar en Tu proceso y esperar con fe Tu tiempo perfecto. Que cada prueba sea un escalón hacia el propósito que has preparado para mi vida. Amén.
