
El escritor Juan nos pinta una escena bien tétrica aquí, dice: el Señor llega al sepulcro; era una cueva oscura quizás húmeda, fría y encima de eso tenía una piedra puesta a la entrada. ¿Cuántas veces nuestros problemas parecen así una cueva donde hay escorpiones y arañas venesosas, y no solamente es una cueva sino que hay una piedra que la cierra no?, para doble peligro y dificultad, y adentro están nuestras esperanzas, están nuestros deseos de algo que nosotros queremos pero hay obstáculos tras obstáculos que nos impiden entrar al milagro que queremos y necesitamos para nuestra vida.
¿Cuántas veces la vida parece totalmente difícil, cerrada bien cerrada como los muros de Jericó?, no parece que hay posibilidad de una solución. Ah pero la diferencia está en que Cristo está en el escenario. El Hijo de Dios estaba allí. Esa cueva, esa tumba rotunda no tenía poder para retener lo que Dios quería que saliera de ella. Cuando el poder de Dios está en nuestra vida no hay nada que pueda retener la bendición. Lo que es de Dios para nosotros nadie nos lo puede quitar no importa cuán difíciles sean las circunstancias.
Entonces el Señor dice: quiten la piedra. ¿Qué obstáculos hay que impiden que la Palabra de Dios pueda penetrar en ese lugar oscuro de nuestra vida?. ¿Cuál es la piedra que tiene que ser quitada?. ¿Incredulidad, pecado, baja autoestima, negatividad en nosotros y pesimismo, alguien que está siempre diciéndonos: no Dios no te ama, Él está siempre ocupado, tu fé es una fé loca, eres un fanático?.
Hay piedras que se interponen entre nosotros y el milagro de Dios y esa piedra tiene que ser quitada primero para que el poder de Dios pueda manifestarse en nuestra vida. Tenemos que pedirle al Señor: dame entendimiento, ¿qué cosas hay en mi vida que están impidiendo que Tu Gloria total y Tus buenas intenciones para mi vida se manifiesten plenamente?.
Entonces cuando el Señor dice: quiten la piedra, Marta la mujer práctica ¿no?, esa es la parte que a veces a nosotros nos mata, es la incredulidad; pensar: no esto no es posible, nunca se ha hecho algo similar, no hay dinero, siempre estamos pensando en algún obstáculo, mucha tela que cortar allí. Pero el Señor se torna entonces yo creo que con un poquito de impaciencia casi hacia Marta, dice: Marta ¿hasta cuándo vas a dejar de dudar de Mí?. ¿Yo no te he dicho ya que si tú crees tú vas a ver la gloria de Dios?. ¿Qué es lo que hace que la gloria de Dios se manifieste en nuestra vida, cuál es el hilo conector del poder de Dios?. Es la fé, es el creer, creer.
Qué difícil es llegar a ese punto de creer, a veces tenemos que pedirle al Señor inclusive fé, aún para creerle a Él tenemos que pedirle al Señor que haga una obra en nuestras vidas. Tenemos que pedirle cada día: Señor hazme un hombre, hazme una mujer de fé. Que yo pueda creer en Tu Palabra, que yo pueda saborerar Tus milagros antes que se den. Porque dice sin fé es imposible agradar a Dios.
Dice la Biblia que: «El justo por su fé vivirá.» El apóstol Santiago dice que si le pedimos a Dios que no dudemos porque el que duda es como las ondas del mar que son llevadas por el viento de un lugar a otro, dice no piensen el que así es que recibirán nada del Señor. La fé es la moneda que nosotros usamos para comprar y vender de Dios, y tenemos que pedirle al Señor cada día: ayúdame a ser una persona de fé.
Por eso es que es necesario leer la Palabra de Dios, porque al leer la Palabra y ver estos milagros nuestra fé aumenta porque la Palabra de Dios es poderosa para activar la fé en nosotros. Tenemos que estar en relación y en conversación contínua con gente de fé que nos ayude y que nos contagie con su fé. Tenemos que orar para que Dios haga milagros en nuestra vida y al ver esos milagros nuestra fé aumente. Tenemos que confesar con nuestra boca: fé aunque nuestro corazón dude muchas veces. Todas estas cosas van aumentando y haciendo crecer nuestra fé lo cual entonces nos convierte en conductores del poder y la electricidad de Dios que es vida para nosotros.
Entonces el Señor dice: ¿No te he dicho que si crees verás la Gloria de Dios?. Mis hermanos antes de terminar este maravilloso programa, esta serie de programas que hemos tenido vamos a pedirle al Señor que nos haga gente de fé y que entendamos que mire: para el que cree todo le es posible. Si tú crees en el poder de Dios no hay nada que te pueda detener. La Biblia es un largo recuento, vez tras vez, episodio tras episodio, personaje tras personaje de esta verdad profunda de Dios, que si creemos el Poder, la Gloria de Dios se manifestará en nuestra vida.
Dios está ardiendo de deseo de encontrar hombres y mujeres que le crean a Él y que tengan un corazón perfecto para con Él, que vivan vidas arriesgándolo todo por Él y que paguen el precio para entonces hacer valer Sus Promesas y hacer cosas extraordinarias a través de ellos.
Lo único que Dios necesita es un hombre, una mujer lleno de fé. A Él no le interesa si eres educado, rico o pobre, ignorante, si tú tienes fé Dios te puede usar. Vamos a pedirle al Señor que nos haga gente de fé, esa es la base, el fundamento mismo de la vida cristiana. Con un corazón que tiene fé y un Cristo poderoso es una combinación nuclear que hace romper, hace estallar los mundos y las cuevas más impenetrables del mundo. Para el que cree todo le es posible. Vamos a vivir así.