El libro de Éxodo capítulo 12 y otras lecturas de esta crónica; describe la Pascua celebrada por Moisés y los israelitas en el mes de Abib, (Abril-Mayo) conocido también cómo Nissan.
Este proceso es el que marca el nacimiento de la Nación de Israel, saliendo de la esclavitud egipcia por la Mano Poderosa De Dios.
La preparación para la salida incluía la consagración de los primogénitos, nuestro Dios trabaja a partir de la consagración; no solamente en aquella oportunidad, sino cuantas veces esta sea necesaria aplicarla.
“Jehová habló a Moisés, diciendo: Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es. Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado.” Éxodo 13: 1-3.
Moisés mantiene firme la instrucción:
“Vosotros salís hoy en el mes de Abib.” Éxodo 13:4.
Es importante y de mucha bendición la advertencia del versículo 3 de este capítulo 13 -Tened memoria de este día – porque indica la resolución del Señor de romper todo tipo de estorbo y contratiempo contra su pueblo; y sometimiento a la esclavitud por parte de Egipto.
Esa opresión Dios la permitió por la desobediencia cometida por sus hijos/as; pero, ahora, se muestra resueltamente dispuesto a ejercer su poder contra los enemigos de su Israel amado.
“ Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto. Es noche de guardar para Jehová, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardarla para Jehová todos los hijos de Israel en sus generaciones. Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.” Éxodo 12: 41-42,51.
El éxito de la celebración de la Pascua de Moisés radicó en la obediencia a la dirección dada por Jehová:
“Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: «El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa. Mas si la casa es muy pequeña para un cordero, entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número de personas; conforme a lo que cada persona coma, dividiréis el cordero. El cordero será un macho sin defecto, de un año; lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer. Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman. Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana. Pues el Señor pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el Señor pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros. Y guardaréis esta ceremonia como ordenanza para vosotros y para vuestros hijos para siempre.” Éxodo 12:3-7, 22-24 LBLA
La Pascua nuestra
En la de Moisés se abrió un espacio para el nacimiento y la Libertad de una Nación, Israel, en la que nos corresponde, la de Cristo Jesús; hubo una apertura de perdón de nuestros pecados, de salvación y de Vida eterna por el sacrificio de Jesús en la Cruz del Calvario.
“ Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.” 1 Corintios 5: 7-8
En este 2023 continuemos celebrando la Pascua de Jesús sin la levadura que se mueve en este mundo, limpiémonos y consagrémonos para Su Honra y Gloria; salgamos a evangelizar, hagamos jornadas de ayuno y oración, perdonémonos, marchemos juntos en armonía de la Mano con nuestra Pascua: ¡ Jesucristo !
Dios te continúe bendiciendo. Maranatha.