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La parábola del sembrador y la semilla

MATEO 13:1-9 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga.

Este día iniciamos un nuevo estudio bíblico y para comenzar este nuevo año vamos a estudiar los distintos tipos de terreno en el cual la semilla de la palabra de Dios es sembrada y las causas por las cuales esa semilla no fructifica.

Respondamos primeramente ¿QUE ES UNA PARÁBOLA? Es la narración de un suceso real o inventado del cual se extrae por comparación una verdad importante o una enseñanza moral. Podemos decir entonces que una parábola es una historia terrenal con una enseñanza celestial o espiritual.

En la Biblia podemos ver que Jesús usaba parábolas frecuentemente como una forma de ilustrar verdades espirituales profundas del Reino de los cielos de una forma sencilla que era fácil de recordar. ERA UNA FORMA DE HACER REFLEXIONAR A LOS OYENTES SOBRE EL MENSAJE Ya que el objetivo de Jesús no era solamente que las personas escucharan sus mensajes, sino que las personas reflexionaran en sus mentes y sus corazones sobre ese mensaje.

Pero antes de comenzar a reflexionar sobre los diferentes terrenos en los cuales la semilla es sembrada, tenemos que comprender DOS DETALLES MUY IMPORTANTES DE ESTA PARÁBOLA

  • (Marcos 4:14) EL SEMBRADOR ES EL QUE SIEMBRA LA PALABRA. Muchas veces erróneamente decimos que él sembrador es Dios, pero nuestro Señor Jesucristo nos muestra que el sembrador es el que predica la palabra, puede ser un pastor, predicador, evangelista, o puede ser cualquiera de nosotros que sembramos la palabra al hablarles a otros el evangelio de Jesús.
  • (Lucas 8:11) Esta es, pues, la parábola: LA SEMILLA ES LA PALABRA DE DIOS. Esto es lo que se debe predicar, es lo que transforma, es lo que cumple el propósito de Dios en la vida de las personas que la escuchan (Isaías 55:11) así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. nuestro Señor nos ha mandado a predicar su palabra, en los púlpitos de las iglesias se tiene que predicar la palabra de Dios, no solamente historias, no solamente anécdotas, no solamente de la vida del pastor y su familia, sino la palabra de Dios. Igualmente nosotros cuando vamos vamos a evangelizar a una persona tenemos que hablar la palabra de Dios, no criticar iglesias, ni religiones, ni a pastores ni a otros cristianos ni cualquier otra cosa que no tiene ningún provecho (Tito 3:9) Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho.
  1. I) TENEMOS QUE COMPRENDER QUE NUESTRO DIOS ESPERA QUE CADA UNO DE NOSOTROS PRODUZCAMOS FRUTOS POR MEDIO DEL PODER DE SU PALABRA (MATEO 13:23)Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

PRIMERAMENTE, FRUTOS DE ARREPENTIMIENTO (Lucas 3:8) Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

Veamos este versículo en la traducción Palabra de Dios para Todos (PDT) Vivan de tal manera que demuestre que realmente han cambiado. Y no me vengan con que “Abraham es nuestro antepasado”, porque les aseguro que Dios puede convertir hasta estas piedras en descendientes de Abraham.

El Señor espera de cada uno de sus hijos que demos frutos dignos de arrepentimiento, es decir, que nuestras acciones demuestren que somos cristianos, que dejemos de hacer lo malo, que dejemos de hacer lo que desagrada al Señor.

SEGUNDO, EL FRUTO DEL ESPÍRITU (Gálatas 5:22-23). Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Es decir, dejar de hacer lo malo, y hacer lo bueno, que la palabra de Dios haga producir en nuestra vida las actitudes que agradan al Señor.

TAMBIÉN ES IMPORTANTE QUE COMPRENDAMOS QUE NUESTRO DIOS NO ES INDIFERENTE A UNA VIDA SIN FRUTOS (MATEO 11:12-15) Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. 13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. 14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.

  1. II) AHORA ANALICEMOS CUAL ES EL ENFOQUE DE LA PARABOLA DEL SEMBRADOR

Veamos primeramente la explicación que nuestro Señor Jesucristo nos hace de la parábola del sembrador (Mateo 13:18-23) Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Podemos observar que la parábola aunque se llama “LA PARABOLA DEL SEMBRADOR” su enfoque principal no es el sembrador, o el que predica la palabra, sino los oyentes.

Podríamos decir entonces que esta parábola se podría llamar también: “EL PREDICADOR Y SU AUDIENCIA” ya que podemos darnos cuenta que todos los tipos de tierra donde cae la semilla representan a personas que “OYEN LA PALABRA” pero por diversas circunstancias la semilla no da fruto en sus vidas.

Quiere decir entonces que esta parábola TIENE UN ENFOQUE CONTRARIO DE LO QUE NORMALMENTE MUCHOS CRISTIANOS NOS ENFOCAMOS: NO EN EL  PREDICADOR SINO EN LOS QUE OYEN EL MENSAJE.

Generalmente criticamos al sembrador, es decir, al que predica la palabra, al mensajero, nos parece aburrido, que mucho grita, que habla muy suave, que mucho se pasa del tiempo, etc. pero ¿Qué tipo de oyentes somos nosotros?

Tenemos que comprender algo muy importante: LA RESPONSABILIDAD PRINCIPAL DE UN PREDICADOR ES TRANSMITIR EL MENSAJE CORRECTO, ES DECIR, LA PALABRA DE DIOS (2 Timoteo 4:1-2) Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

La responsabilidad principal de todo predicar es para con Dios, predicar su palabra, no es solamente predicar bonito, o predicar elocuentemente, eso es bueno, pero para Dios no es lo principal, pues DE NADA SIRVE PREDICAR BONITO SI LOS CORAZONES DE LOS OYENTES ESTÁN ENDURECIDOS (Ezequiel 33:32) Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra.

Es por eso que por medio de esta parábola el Señor nos hace un llamado a reflexionar, a preguntarnos desde el inicio del año: ¿QUÉ TIPO DE OYENTE SOMOS? ¿POR QUÉ LA SEMILLA DE LA PALABRA DE DIOS NO ESTÁ PRODUCIENDO LOS FRUTOS QUE NUESTRO DIOS ESPERA?.

En el próximo estudio Bíblico vamos a comenzar a estudiar los diferentes tipos de terrenos o los diferentes tipos de oyentes y comprenderemos cuáles son las causas por las cuales la palabra de Dios no produce frutos en nuestra vida

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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