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La palabra de Dios se cumplirá

“19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;”  2 Pedro 1:19

¿Qué tú necesitas cuando hay tiempos de oscuridad?  Una Palabra.  ¿Qué es lo que te ayuda a iluminarte en los momentos de oscuridad?  La Palabra.

“20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”  2 Pedro 1:19-21

¿Qué te está aclarando el apóstol Pedro?  Todos los profetas que oyeron, no hablaron por capricho; hablaron inspirados por el Espíritu.  Por lo tanto, cada palabra que el profeta daba y que el profeta decía, venía inspirada por el Espíritu Santo, tenía el respaldo del Espíritu Santo; así que, cuando nosotros miramos a los profetas en el Antiguo Testamento, ¿a quién tenemos que ver hablando?  Al Espíritu Santo, a través de estos profetas.  Esto no era capricho.  Ahora, cuando alguien trataba, por capricho, hablar, terminaba muerto, terminaba mal; pero aquellos que eran inspirados verdaderamente por Dios, los resultados de la Palabra se veían.

Cuando vemos el Antiguo Testamento y todo lo que se habla, tenemos que ver detrás de todo eso, la obra del Espíritu Santo.  Por lo tanto, detrás de cada profecía de Isaías, de cada profecía de Jeremías, tenemos que ver al Espíritu Santo.  ¿Qué estaba haciendo el Espíritu Santo?  Obrando con el pueblo de Dios, dándole inspiración al pueblo de Dios, dándole motivación al pueblo de Dios.

En aquellos tiempos, había dos tipos de profecías; las condicionales y las incondicionales.  Una profecía condicional es la que el Señor daba en un momento dado para advertirle al pueblo y el pueblo pudiera corregir su vida y cambiar el rumbo.  En otras palabras, se paraba el profeta y decía: piensen en lo que están haciendo, mediten lo que están haciendo; si siguen así, van a terminar en tal lugar, pero si se tornan sus corazones, el futuro va a cambiar.  Esa profecía era una profecía como condicional.

En una ocasión, un profeta fue y le dijo a uno: Dios bendice que vas a morir.  Ese hombre se tornó contra la pared, habló con Dios, y el profeta tuvo que regresar.  Y ¿qué pasó?  El profeta tuvo que decirle: Dios me dice que te va a dar 15 años más.  Hay palabras que se dieron para advertir; el hombre tenía que cumplir con ciertas condiciones, y eran unas palabras de advertencia.

Otras palabras, eran incondicionales.  ¿Qué quiere decir?  Se van a cumplir comoquiera. En otras palabras: Hay momentos donde Dios dice: van a ir esclavos, los babilónicos van a venir aquí y te van a llevar cautivos, y se van a llevar cautivo a tus hijos.  Y ahí no había nada que ellos pudieran hacer para cambiar eso.  Pero esa profecía tenía detrás una inspiración: pero aunque estés cautivo, Yo los voy a librar, y ahí los voy a prosperar, los voy a proteger.  Porque nunca esa Palabra era dirigida a la destrucción, sino para dejarles saber: esto es lo que vas a vivir, esto es lo que va a pasar; pero mi Espíritu va contigo.  Y ¿cómo ellos sabían que el Espíritu iba con ellos, sí estaban presos? ¿Cómo sabían que el Espíritu iba con ellos, si estaban esclavos?  Porque tenían una Palabra; una Palabra que había sido dada.

El apóstol Pedro dice: ¿sabes qué?  Esta gente, cuando profetizó, lo hizo inspirada por el Espíritu Santo.  Y la palabra que Dios envía se cumplirá a través de los tiempos.

10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”  Isaías 55:10-11

¿Qué dice el Señor?  “Lo que yo dije, se va a cumplir; la palabra que he declarado a través de los tiempos, se va a completar; la palabra que yo he declarado, no importa lo que pase, no va a volver atrás vacía.”

Tú tienes que tener esa confianza.  ¿Quién está detrás de esa Palabra para que se cumpla?  El Espíritu Santo.  El Espíritu Santo es el que está detrás de esa Palabra para que se cumpla; Él no tan solo declara la Palabra, sino que el Espíritu Santo está haciendo la obra para que esa Palabra se cumpla, para que esa Palabra se dé.  Lo que pasa es que, a veces, nosotros queremos oír una Palabra hoy, y queremos ver el cumplimiento mañana; y lo que Dios promete es que, a través de los tiempos, se va a cumplir; a través de los tiempos, se va a completar; no va a volver atrás vacía.  Tú lo que tienes es que ver la obra del Espíritu Santo detrás de todo el asunto.

Se nos da una palabra, y no entendemos todo lo que conlleva para que, lo que Dios dijo, se cumpla en nuestra vida.

Lo que Dios te dijo que va hacer contigo, se va a cumplir, se va a completar.  Dios nunca ha dejado de trabajar en favor tuyo.  El Espíritu Santo se sigue moviendo, y tú tienes que darte cuenta.  Tras bastidores, Él está haciendo arreglos, está cancelando cosas, moviendo gente, llamando gentes.  Hay cosas que uno no sabe que Dios está haciendo y, a veces, uno está desesperado, a veces uno está ansioso, y el Espíritu Santo lo que te dice es: la Palabra se va a cumplir; mi palabra no va a tornar atrás vacía.  Y tú dices: Señor, pero no te siento todavía.  Pero hoy Dios te dice: créeme, la Palabra que te di, se va a cumplir; y cuando abras tus ojos, te vas a dar cuenta de que Yo fui fiel a lo que te dije.  Así es que el Espíritu Santo nos habla.

Y tú lo que tienes que saber es que la palabra de Dios, a través de los tiempos, se va a cumplir.

Fuente:
Otoniel Font | Puerto Rico

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