
Los hijos de Dios nunca estamos desesperados, siempre hay una solución. No importa cuán desesperada parezca nuestra situación, en las manos de Dios tu problema se puede tornar en algo maravillosamente glorioso si tú le crees a Dios por una solución.
En Segunda de Reyes capítulo 6 comenzando con el versículo 24 tenemos la historia que quizá algunos de ustedes la han leído cuando el Rey de Siria Ben-adad invade a Israel específicamente la parte norte de Israel y rodea y sitia la ciudad de Samaria que era en ese tiempo la capital de Israel y cuando se establece este sitio, este cerco de la ciudad que dura mucho tiempo cunde el hambre en toda la ciudad de Samaria hasta el punto que simplemente no hay nada que comer y tenemos una historia interesante donde parece que algunos de los habitantes de Samaria acuden al terrible recurso del canibalismo y tenemos la historia de estas dos mujeres que entran en un acuerdo macabro de comerse los hijos la una de la otra, tanta era el hambre que cundía en la ciudad.
Pero lo más importante acerca de esta historia es, vemos aquí cuando esta ciudad está poseída por el hambre y Dios le da una Palabra al profeta Eliseo de que al otro día va a haber comida suficiente para todo el mundo a un precio muy cómodo y esto parece algo imposible pero en las manos de Dios sabemos que nada es imposible.
Entonces esto es una historia de cómo la fe y la Palabra de Dios puede sobrepasar y sobreponerse a cualquier situación no importa cuán difícil sea. Entonces la historia dice que: «Aconteció que Ben-adad Rey de Siria reunió todo su ejército y subió y sitió a Samaria y hubo gran hambre en Samaria a consecuencia de aquél sitio, tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata y la cuarta parte de un cab de estiércol de paloma se vendía por cinco piezas de plata.»
Vemos que es una situación extrema donde el hambre está por todas partes y la ciudad de Samaria se encuentra en una situación totalmente desesperada. ¿Cuántas veces nosotros nos hemos encontrado en situaciones de gran carencia, de gran pobreza, de premura donde no parece que la solución va a asomar por ninguna parte porque la situación es tan extrema y tan difícil de resolver?
Así se encontraba Samaria en este tiempo rodeada de un poderoso ejército y no parecía que había ninguna salida. Quizás el único pensamiento que yo quiero que tú te lleves de este segmento que estamos tratando es la idea de que: no hay situación por más difícil que sea que Dios no pueda resolver. El cristiano siempre tiene una salida disponible, siempre hay algo que Dios va a hacer en nuestra vida.
Esta Palabra nos dice que nunca tiremos la toalla no importa cuán desesperada sea la situación, con Dios siempre hay una solución, siempre hay una salida. Los hijos de Dios nunca estamos desamparados y mientras digo eso pienso en un pasaje de Segunda de Corintios y lo voy a buscar aquí aunque no tengo exactamente el lugar pero quizás te puedo dejar con esa idea que simplemente para que la tengas ahí en tu corazón, que te puede ayudar y te puede resolver cualquier situación en la cual tú te encuentres.
Dice en el capítulo 4 Segunda de Corintios versículo 7, dice: «Pero tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, que estamos atribulados en todo mas no angustiados; en apuros mas no desesperados. Estamos perseguidos» dice el apóstol Pablo «mas no desamparados. Derribados pero no destruídos llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.»
Esta gente en Samaria estaba en una situación desesperada sin embargo el hecho de que Dios estaba en el asunto hizo que toda esa situación terrible cambiara y como vemos aquí el apóstol Pablo dice: aunque estamos atribulados en todo no estamos angustiados, aunque estamos en apuros no estamos desesperados, aunque estamos perseguidos como hijos de Dios no estamos desamparados.
Los hijos de Dios nunca estamos desesperados, siempre hay una solución no importa cuán desesperada parezca nuestra situación en las manos de Dios tu problema se puede tornar en algo maravillosamente glorioso si tú le crees a Dios por una solución.
Veremos más adelante cómo esta hambre terrible por la cual estaba pasando Samaria se tornó en una gran provisión de Dios que redundó en gloria para el Nombre de Dios y así yo creo que en estos tiempos de carencia en el mundo donde parece que no hay solución para los problemas de la Iglesia Dios tiene una solución para Su Iglesia y también la tiene para ti en tu propia vida.