La Palabra de Dios nos recuerda que Su presencia estará con Su pueblo para siempre. La Nueva Jerusalén será el hogar eterno de aquellos que han sido redimidos, un lugar donde no habrá más dolor, llanto ni muerte, porque todas las cosas serán hechas nuevas por Aquel que está sentado en el trono (Apocalipsis 21-3-5).
No habrá necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios mismo la iluminará, y el Cordero será su lumbrera (Apocalipsis 21-23). Solo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero entrarán en esta ciudad santa, donde todo es puro y eterno (Apocalipsis 21-27).
Dios nos llama a vivir con la mirada puesta en esta promesa gloriosa, en santidad y fidelidad, recordando que nuestro destino final no es este mundo pasajero, sino la eternidad con Él.Dios Llama a Su Iglesia a Su Promesa Eterna
La Palabra de Dios nos recuerda que Su presencia estará con Su pueblo para siempre. La Nueva Jerusalén será el hogar eterno de aquellos que han sido redimidos, un lugar donde no habrá más dolor, llanto ni muerte, porque todas las cosas serán hechas nuevas por Aquel que está sentado en el trono (Apocalipsis 21-3-5).
No habrá necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios mismo la iluminará, y el Cordero será su lumbrera (Apocalipsis 21-23). Solo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero entrarán en esta ciudad santa, donde todo es puro y eterno (Apocalipsis 21-27).
Dios nos llama a vivir con la mirada puesta en esta promesa gloriosa, en santidad y fidelidad, recordando que nuestro destino final no es este mundo pasajero, sino la eternidad con él para siempre.
