Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. 1 Timoteo 2:8
Una vida colmada de oración nos da un corazón lleno de amor, de bondad, dispuesto a darlo todo, que siembra paz por dondequiera que va. Contrario sería que se vuelve vacía y estéril con la consecuente dureza del corazón, la aflicción, el resentimiento, el temor y la falta de amor.
Vivimos momentos difíciles, corrientes viciadas de descomposición que no podemos controlar, y se requiere de hombres y mujeres que oren en todo momento y en todo lugar, levantando manos santas, para que cambie la dirección de la historia por medio de la oración. La Palabra nos dice que, si nos acercamos a Dios, Él se acercará a nosotros, así conocemos Su voluntad, para que Él apruebe y nos ayude sobre todo lo que ya hemos emprendido.
Amados, nuestra actitud es ser seguir el camino que Dios nos señale: La obediencia. Ir a la presencia de Dios hasta que se convierta en una relación profunda, permanente, personal y de amor con Él. Dios guie y nos fortalezca en estos tiempos turbios, oramos por la sanidad de nuestras almas para agradar con gozo Su Nombre y amor al prójimo. Jehová te bendiga y te guarde para este día en su amor, Amén.