Voz del Tabernáculo

La ofrenda de la Paz y la Fe en la misericordia de Dios. Un testimonio vivo

En 1 Reyes 17-8-24 encontramos la conmovedora historia de la viuda de Sarepta. Esta mujer, en medio de su desesperación, se preparaba para enfrentar lo que parecía inevitable: la muerte por falta de provisión. Sin embargo, el clamor de su corazón, su obediencia al profeta Elías, y su acto de fe al ofrecer lo último que tenía, desencadenaron la manifestación del poder y la misericordia de Dios. Elías, guiado por la palabra de Jehová, la invitó a confiar, y Dios recompensó esa confianza con una provisión sobrenatural que nunca escasea.

Este relato no solo nos habla de provisión material, sino también de la paz que se experimenta al depender completamente de la fidelidad de Dios.

Hace unos días, tuve el privilegio de vivir un testimonio que reflejó esta misma verdad. Yo, en mi tiempo de oración y clamor a Dios, enfrentaba una situación que a los ojos humanos parecía imposible de resolver. Durante la madrugada, mi corazón estaba cargado con una petición específica, una necesidad que había estado presentando ante el Señor con fe y perseverancia durante el mes de noviembre. Oré con la convicción de que Dios escucha y responde.

Cuando desperté, abrí la puerta y llamó emocionada a mi hijo. En la pared, postrada en un lugar visible, se encontraba una mariposa. Aquella sencilla criatura se volvió para nosotros una señal, un recordatorio de que Dios está en los detalles y que Su respuesta, aunque inesperada, siempre llega en el momento perfecto. Aquella mañana, una gran bendición inesperada se manifestó en nuestras vidas, una respuesta divina que había tardado tres años en llegar.

La mariposa, con su aparente fragilidad, simbolizó la transformación y la esperanza que Dios trae a nuestras vidas. Así como la viuda de Sarepta ofreció lo último que tenía con fe y confianza y con un corazón rendido, fue recompensada por su perseverancia en oración y alabanza a nuestro Dios.

Este testimonio nos invita a reflexionar sobre la importancia de confiar en Dios, incluso en los momentos más oscuros. Su misericordia es nueva cada mañana, y Su fidelidad no tiene límites. Cuando elevamos un clamor sincero, cuando adoramos y alabamos en medio de nuestras pruebas, Él responde. Tal vez la respuesta no sea inmediata, pero siempre llega en el tiempo perfecto de Dios.

Te invito a abrazar esta verdad ¡La ofrenda de paz, el clamor y la adoración a Jehová traen recompensas que van más allá de lo que podemos imaginar! Nuestro Dios sigue siendo el mismo, obrando milagros y trayendo bendiciones inesperadas. Si hoy estás clamando por algo imposible, recuerda que para Dios no hay nada imposible.

¡Confía, calma y espera! PROHIBIDO DESMAYAR.!!

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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