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La Necesidad de la Oración

Lucas 18:1 El Señor les refirió a sus discípulos una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar

Norman Harrison dice:

“Nunca oraremos como es debido hasta que lo veamos como una necesidad indispensable para la vida”.

Norman Harrison enumera estas razones para la oración:

oración, honrar a Diosa) Para honrar a Dios como nuestro Padre (Mt. 7:7–11).

Para desarrollar nuestro oficio de sacerdotes (1 P. 2:5, 9).

Para aprovechar este maravilloso privilegio como creyentes (Jn. 16:24).

Para cumplir nuestra obligación con respecto a nuestros hermanos (Ef. 6:18).

Para buscar y salvar las almas de los hombres (1 Ti. 2:4).

Para luchar y vencer a los poderes del mal (Ef. 6:11, 12; 1 P. 5:8, 9).

Para crecer personalmente en la gracia y la santidad (1 Ti. 4:7; 2 P. 3:18).

No podemos obtener nada de Dios sin oración

Dios ha prometido todo aquello que es necesario y beneficioso para nosotros, pero la oración es esencial si estas promesas han de ser reales en nuestras experiencias.

Cristo mismo manifestó total dependencia de Dios en la oración. Con Él, la oración no era rutina, sino un deseo fuere y vehemente.

La oración es un arma espiritual 

Es un arma de defensa:

Contra la debilidad, enfermedad, o accidente (Stg. 5:13–16).

Para la mente, contra el engaño y el desánimo (Mr. 1:32–39).

Para el espíritu, contra malos estados de ánimo, celos o dureza.

Para la voluntad, contra el miedo paralizante o la terrible indecisión.

La vida de oración de Daniel pone de manifiesto estos hechos.

La oración es un arma de ofensiva:

La oración secreta está a menudo relacionada con la acción pública.

Dios manifiesta Su propósito a Sus hijos a través de la oración.

La oración es el secreto de la inspiración.

Sin la oración el hombre está inerme.

Los cristianos tienen una vida de oración débil porque a menudo están muy engreídos con su conocimiento, suficiencia y la verdad es que sin Él o apartados de Él no somos nada.

Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer la siguiente oración:

Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen.

Fuente:
Elsie Vega

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