¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? Éxodo 15:11
Creer en lo que nunca hemos visto es algo que está considerado como una demencia, la locura en el cristianismo es sinónimo de que estamos en sintonía y desequilibrio correcto. Sobre esta historia narrada en el libro de Éxodo, nos muestra de como un pueblo caminaba sin rumbo, pero guiados por un hombre que su fe estaba arraigada a una Voz incomparable y una Presencia Divina, elementos que eran tangibles en su persona por creer sin ver.
Lo acontecido en el mar rojo, el pueblo de Israel echó a un lado las dudas que hasta ese momento tenían. Al Dios que nunca habían visto, su Nombre se hizo visible en Poder y Majestad al atravesar esa masa de agua que no los dejaba avanzar. Incomparable es su deidad, la grandeza y las terribles maravillas de Dios no tienen límites, y al ser manifiesta su Gloria no tenemos como mirar, ni medir, ni cuantificar lo que nuestros pensamientos establecen.
Queremos agradarle pero no sabemos como, pues todo lo que pisamos fue hecho por Él para nuestro deleite. Después de pasar nuestros males, solo agitamos el pandero para alabar su Nombre con cantos de gozo, esta es la humilde ofrenda que damos por tanto que ha hecho en nuestras vidas… Tu que guardas mi caminar, gobiernas sobre el viento y el mar; sostienes toda Tu creación, nada se compara a ti mi Dios.. El Señor te bendiga y te guarde en este día llenos de su Gracia, Amén.