¿Alguna vez te han despedido de un trabajo? En ocasiones, esto pasa porque, a veces, damos oportunidades demasiado rápido; damos oportunidades basadas en potencial, en vez de productividad. Así que todos comenzamos como líderes funcionales, y luego entonces nos tornamos en líderes organizacionales. Como líder funcional, trabajas con cosas; como líder organizacional, trabajas con gente. No todo el mundo puede hacer esa transición de cosas a gente. Cuando tú trabajas con cosas, es fácil. Las cosas nunca te dan una mala actitud, siempre cooperan con tu horario, nunca se ausentan; pero cuando te ponen a supervisar gente, es otra cosa.
En tu trabajo, en tu iglesia, muchos son buenos con las cosas, pero no pueden trabajar con gente. Hay gente que tú les asignas un trabajo y lo hacen a tiempo, se mantienen por debajo del presupuesto, nunca les tienes que recordar nada, y tú sabes que lo van a hacer; pero, en el proceso de hacer el trabajo, matan gente, pisotean gente, destruyen gente. Pueden hacer el trabajo, pero no tienen habilidad con la gente. Pueden alcanzar metas, pero tienes que ir y resucitar a la gente que han matado en el camino; porque, entonces, la gente se quiere ir de la iglesia, y tú tienes que ir donde ellos y decirles: Tú sabes cómo es, no es su intención, es una buena persona, te ama y ama a Jesús, es que es una persona intensa y toma sus responsabilidades muy en serio. La pregunta es: ¿Cómo dar, entonces, oportunidades?
Piensa en una piscina. Hay una parte bajita, y otra profunda. No tires a la gente en la parte profunda; agranda la parte bajita de la piscina. Deja que la gente ponga los pies y que les llegue el agua a los tobillos; luego llévalos hasta que les llegue a la rodilla, luego a los muslos, a las caderas, al pecho; todo esto, antes de dejarles nadar. Porque, una vez llevas a alguien a lo profundo, después no los puedes sacar.
Imagina que eres uno de los cantantes del ministerio de adoración de tu iglesia. Tienes una buena actitud, llegas a tiempo, no buscas problemas con nadie, tienes la unción de Dios, cantas bien, no eres demandante, no te crees diva. El pastor necesita que alguien dirija el departamento de adoración y, por todo lo anterior, te considera y te dice: Mientras oraba, sentí que el Señor me habló acerca de ti; tienes una gran unción, cantas como David, no has creado problemas; necesito un líder para el departamento de adoración, sería un honor que consideraras en oración ser el líder de adoración. Dices que sí, y te han promovido. Pero, luego de dos meses, comienzan a ver ciertas cosas que no están funcionando, pero no ha llegado al punto en que puedan identificar qué es lo que está pasando; simplemente saben que algo está pasando, porque uno siempre siente antes de ver. Antes de ser el líder de adoración, todo lo que tenías que hacer era llegar a tiempo, tener un micrófono; eras responsable solo por ti. Pero ahora que te han promovido, tienes que trabajar con los demás, con los músicos, los del sonido, las luces, el pastor; no sabes si el pastor está contento; a algunos les gusta lo que cantas, a otros no. Pero ahora, como te promovieron, tus padres están orgullosos de ti, la gente se toma fotos contigo, estás en Facebook, la gente piensa que eres importante, que ahora puedes tomar decisiones. Pero el pastor y tú ahora realizan que no está funcionando. Así que tienen dos opciones: Dejarte ahí hasta que eventualmente destruyas la iglesia, o pedirte que vuelvas a cantar pero sin dirigir, y poner a alguien más. Con esta última, toda la familia se va de la iglesia, los amigos y hasta gente que ni te conoce. Todo porque te dieron una opotunidad demasiado temprano.
Por eso es que Pablo decía que nunca pongas las manos sobre nadie rápidamente. Observa, forma una opinión y entonces da una oportunidad. Si tienes una opinión alta sobre ti mismo, tienes que comportarte como tal. ¿Cómo obtienes una promoción? Proveyendo una observación pueda crear una opinión más alta de ti. Realizando que hay una cámara enfocada en ti todo el tiempo.
Así que, 2 cosas:
- Alguien más tiene la llave de tu futuro.
- Tú tienes la llave para el futuro de alguien más.
Dondequiera que tú llegues en la vida, es porque alguien te observó, se formó una opinión, y te dio una oportunidad. Así es como todo en la vida pasa.