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La incredulidad mata el alma

Este bosquejo nos enseña ¡Quien es Jesús!! Muchos de nosotros teniendo ojos no podemos ver, y teniendo oídos no podemos oír, estamos tan mal que nuestros sentidos están embotados, tal vez somos buenos para la ciencia, para la filosofía pero espiritualmente estamos muertos.

Cuando yo era niño mi madre me habló de un niño que se “había sacado” un ojo con un objeto puntiagudo. Me recuerdo haber pensado que era horrible tener un pedazo de madera puntiagudo en el ojo, terrible ser cegado para toda la vida. Y así es exactamente lo que el “dios de este mundo” le hace a los perdidos. Las palabras son literalmente “el dios de esta era”. La frase no se refiere al Dios y Padre de Jesús. Se refiere a Satanás. El Diablo es llamado, “el dios de esta era”. Y es el Diablo que te saca los ojos. Es el Diablo el que te ciega la mente referente al evangelio.

Una persona puede ser muy inteligente. Puede tener muy buenas calificaciones en la escuela y tener una mente muy buena referente a su trabajo académico en la escuela. Puede ser un hombre de negocios de primera clase, o un científico muy conocido, o un profesor de la universidad muy popular; o él puede haber asistido a una iglesia por mucho tiempo donde se predica el evangelio – y aún así estar completamente ciego con lo que respecta a la salvación en Cristo. ¿Por qué es esto así? El Diablo le ha cegado su mente en lo que se refiere al evangelio.

Lo más notable de esto es que un hombre puede saber mucho de la Biblia. Puede saber, y ser capaz de citar mucho de teología, y ser un fundamentalista, ortodoxo y correcto en sus creencias. Él puede ser capaz de contestar muchas preguntas de la Biblia – y aún así estar completamente ciego a la realidad del evangelio y del nuevo nacimiento, como Nicodemo, quien vino a ver a Cristo de noche. Frecuentemente escuchamos personas hablar sobre la gracia y pecado y salvación, y Cristo y el Espíritu Santo, quienes nunca han tenido una verdadera experiencia del significado de esas palabras. Ellos ven, pero no perciben. Ellos escuchan, pero no entienden. Satanás, el dios de esta era, ha cegado sus mentes.

¿Hasta qué punto el hombre no quiere creer?

Juan 10:22-25 “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de salomón. Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mi”

Nos hacemos la pregunta: ¿por qué realmente el hombre no quiere o no puede creer en Jesús? La respuesta es: por la depravación total de el hombre por el pecado de Adán, el hombre está completamente corrompido, no hay nada bueno en el, salmos 14: 1 dice:

El necio dice en su corazón no hay Dios, Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.

Salmos 14:3 dice:

Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

En aquellos tiempos lo que Jesús andaba haciendo era predicando el reino de Dios aquí en la tierra, haciendo señales y prodigios, señales que maravillaban a todos los que lo veían, la gente sencilla del pueblo sí le creían, pues habían sido los receptores de los milagros de Jesús. Mas los escribas y fariseos, lo judíos no podían creer que Jesús podía ser el mesías esperado por tanto tiempo, para ellos el mesías iba venir con poder para liberarnos del yugo opresor de los romanos. Es por esta razón que no podían creer que Jesús fuese el mesías y es cuando dicen la frase hasta cuándo nos turbada es el alma. Como podemos ver para ellos era un suplicio estado escuchando que él era el Cristo, por eso le preguntan abiertamente: hasta cuándo nos turbarás el alma.

Lo mismo podemos decir nosotros ahora, cuántas veces hemos escuchado el mensaje de Jesucristo a través de la radio, la televisión, el internet y otros medios impresos; y aun así no podemos creer. Muchos se sienten turbados porque no pueden creer, la depravación es tan grande que no pueden entender las cosas espirituales pues ellos son carnales, están completamente corrompidos, esto lo dice la doctrina de la depravación total.

La señal que pedían.

Lucas 11:29 “Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal de Jonás. Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del Hombre a esta generación.  La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.  Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en este lugar.”

La señal que pedían era Jesús mismo, el lo dice que esta generación por ser tan mala no se le daría señal más que la del profeta Jonás. Los ninivitas si creyeron al profeta Jonás. Pero así como Jonás fue señal para los ninivitas.

EL HIJO DEL HOMBRE ES LA SEÑAL PARA ESTA GENERACIÓN.

Que así como la reina del sur creyó en la sabiduría de Salomón, MAYOR QUE SALOMÓN ES

ELQUE ESTÁ EN ESTE LUGAR.

Que así como se arrepintieron los de Nínive salvando su ciudad. HE AQUÍ MAYOR QUE JONAS

ES EL QUE ESTÁ EN ESTE LUGAR.

¿Cuáles son las pruebas que Jesús mostró para que le creyeran?

Tenemos los milagros, su sabiduría infinita, su obediencia a Dios, su humildad, su obediencia y su sumisión a Dios. Además podemos resumir que Jesús es el mismo Dios, lo dijo abiertamente Os lo he dicho y no creéis. La prueba suprema era que Jesús era Dios, la prueba es el mismo con su testimonio. Jesús no necesitaba tener poder militar para mostrar que era el hijo de Dios el mesías esperado.

¿Por qué no le podían creer?

Muy sencillo, no he eran sus ovejas

Juan 10:26-30 “Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos.

En el versículo 30 reconfirma que él es el Cristo.

Como podemos ver: tenemos que ser sus ovejas, para esto tenemos que haber nacido de nuevo, sólo habiendo nacido de nuevo nos convertimos en sus ovejas, y podemos oír su voz y él nos conoce y nosotros le seguimos. Como podemos ver en este versículo, Jesús viese yo y el Padre uno somos

Pero Dios ya había hablado muchas veces acerca de su hijo.

Hebreo 1:1-3 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 EL CUAL, SIENDO EL RESPLANDOR DE SU GLORIA, Y LA IMAGEN MISMA DE SU SUSTANCIA, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”

Dios ya había hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los Padres por los profetas, y que ni estos postres los días no se ha hablado por el hijo. Versículo 3 en este versículo encontramos la esencia de la divinidad de nuestro Sr. Jesucristo, cuando dice: el cual siguiendo el resplandor de su gloria, y la imagen milpa de su sustancia, Dios nos creo a su imagen y semejanza, pero por el pecado original de Adán, el hombre perdió la imagen perfecta de Dios y se corrompió. A Esto se le llama la doctrina de la Depravación Total. El hombre es incapaz por si mismo de hacer el bien. Así que se necesitaba la redención que vendría por Jesús para que la imagen de Dios fuera restaurada en el hombre.

Así que, lo que turbaba el alma de los judíos, y que todavía aún en este tiempo turba el arma de la gente es no entender que Jesús es el Cristo, el que había de venir. Que Jesús es la imagen misma de Dios como dice el versículo tres el cual dice, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Esto no lo podían entender lo judíos en su tiempo, como muchos de nosotros en este tiempo no lo podemos entender todavía cuando no tenemos a Cristo en nuestro corazón. Y esto es lo que turba el alma de la gente.

Si usted escuchado este mensaje, o lo ha leído, comprenderá la necedad del ser humano que pide pruebas de quien es Jesús, el lo dijo abiertamente; ademas los milagros y sus pruebas nos deben de convencer que Él es el Mesías, el Cristo que había de venir para redimir a la humanidad que esta tan depravado, tan corrompido que no puede comprender lo que Dios ha revelado de su hijo, y el testimonio dado por el mismo Señor Jesucristo cuando dice el que mí ha visto a mi ha visto al Padre.

Así que amigo, que le impide a usted creer, la Biblia es clara cuando dicen que Jesús es el Señor, Dios encarnado, nuestro Salvador.

Si usted y todavía no ha recibido al Sr. Jesucristo como su Salvador personal, este es el momento que lo puede hacer. Sólo tiene que hacer una oración sencilla invitándolo a que el entre a morar en su corazón, haciéndolo su Señor.

Fuente:
Pastor Alberto Vega

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