Nosotros tenemos que pedirle al Señor que nos dé poder. Hermanos, la vida cristiana no es asunto de palabras solamente, de conceptos sino que también es un asunto de poder. El apóstol Pablo dice: «No me averguenzo del Evangelio porque es poder de Dios» y en otro pasaje habla de que «el Evangelio no consiste en palabras sino que consiste en poder.» Dice también que «las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.»
El Señor Jesucristo le dijo a los discípulos que no salieran de Jerusalén hasta que no recibieran poder, una investidura de poder de parte del Espíritu Santo. Los hijos de Dios tenemos que enfocar la importancia del poder, poder desnudo. Está hablando de dunamis, esa cualidad de energía espiritual. Es una infusión que viene directamente del Espíritu Santo para los hijos de Dios, es como cuando uno se toma una de esas pastillas que le da artificialmente un sentido de energía o cuando se toma una taza de café que le da esa energía, ese empuje a uno ¿no?.
Entonces nosotros tenemos que pedirle al Señor simplemente que nos comunique ese poder sobrenatural. Es como pegar una batería a una fuente de energía que la recarga. Cuando nosotros oramos tenemos que pedirle al Espíritu Santo: dótame de ese dunamis, de esa dinamita, ese poder espiritual. Poder para testificar, poder para vivir una vida santa, poder para vencer las tentaciones y los ataques del diablo. Poder para hablar con denuedo y con autoridad, y con entusiasmo acerca de mi fé en Jesucristo. Poder para resistir las tribulaciones y las luchas, y los problemas de la vida. Es algo que viene directamente de parte de Dios y tenemos que hacernos concientes del rol que juega el poder en la vida cristiana.
Muchos cristianos tienen mucha piedad, mucho amor por el Señor, inclusive viven vidas bastante sanas y bien comportadas pero no se les ha alertado acerca de la importancia de cultivar poder espiritual. Poder que viene por medio del ayuno, de la oración, de la meditación en la Palabra del Señor, de simplemente pedirle directamente al Padre que nos dé esa dotación de poder espiritual, ese bautismo de Su Espíritu Santo.
Hay algo acerca de la vida cristiana que requiere una orientación hacia el poder. En el Antiguo Testamento se habla de que: «no es con espada sino con el Espíritu de Dios.» Ese espíritu que mora en nosotros es lo que nos hace capaces de vivir vidas poderosas. Entonces hermanos yo les animo a hacer del poder una meta en nuestras vidas, de que nuestra vida ejemplifique ese entusiasmo, esa energía que sólo viene del Espíritu Santo.
Entonces debemos ser fortalecidos con todo poder. Hay diferentes maneras en que el poder del Espíritu Santo puede venir a nosotros ¿no? entusiasmo, denuedo, valor, energía, todas estas cosas son diferentes manifestaciones por eso Pablo dice: «Con todo poder conforme a la potencia de Su Gloria.»
Es decir ese poder que nosotros pedimos viene directamente del Padre y es conforme al poder de Dios en nosotros, no es poder artificial que viene de simplemente nosotros mismos como generar ese poder por medio de darnos ánimo a nosotros mismos e hipnotizarnos en una actitud entusiasta sino que es algo que viene directamente de Dios y es un tipo de poder que es conforme al poder de Dios. No es poder para oprimir, no es poder para ganar influencia sobre los demás o explotar a los demás, es un poder benévolo que Cristo ejemplificó por medio de una actitud de amor, de gracia, de compasión, de generosidad.
En Cristo estaba el poder pero era un poder que respondía a la forma en que Dios se comporta y es un poder que es conforme a la potencia de Su Gloria. Quiera el Señor llenarnos de ese poder este día. Ora conmigo: Padre en el Nombre de Jesús yo pido ahora mismo poder, vitalidad, energía, convicción, efectividad para todos los hermanos que nos escuchan o que leen estas palabras que Tú has puesto en mi corazón y por medio de ellas comunico ahora mismo a esa comunidad de Dios Habla Hoy una energía espiritual, un vigor espiritual que viene directamente de Tu Espíritu y que sea conforme a la forma en que Tú obras, con benevolencia, con amor y con paciencia para con los demás.
Hermanos les bendigo en el nombre del Señor y declaro ese poder abundante de Cristo Jesús en sus vidas. Se despide de ustedes el Pastor Roberto Miranda, que el Señor les continúe bendiciendo.