Muchas veces como padres nos esforzamos por dejarle a nuestros hijos una herencia, una casa, un terreno, negocios, etc, pero tenemos que comprender realmente una herencia es importante, pero como padres cristianos tenemos que esforzarnos por dejarles a nuestros hijos un legado. 1 SAMUEL 17. 48-51-
¿Que es un legado? Un legado no siempre es algo material, por ejemplo,la enseñanza puede ser un legado.Los legados son generalmente de carácter familiar, algo que se pasa de una generación a otra.Un legado puede ser un conjunto de valores, ideas que una persona mayor le transmite a un joven. El legado se pasa para que no sea olvidado, en este caso, para que siga viviendo y pueda seguir pasando a otros. Un legado es una herencia de tipo social o cultural.
En la historia que hemos leído vemos a un joven llamado David, valiente y esforzado, un joven que pudo hacer lo que otros no pudieron, matar al gigante Goliat. Podemos imaginarnos que la fama de David creció en Israel, quizás podríamos imaginarnos que David se pudo haber convertido en el “Mata gigantes” oficial del reino.
Si un gigante venía en contra de Israel, ¿A quién llamarían? ¡a David! él tenía la fuerza, la valentía, la osadía, y la experiencia para enfrentar gigantes.
Si trasladamos eso a nuestra vida, tenemos que reconocer que cuando somos jóvenes y fuertes, nos encanta enfrentar gigantes, nos gustan los retos, queremos alcanzar nuestras metas y superarlas, queremos llevar a cabo nuestros sueños y proyectos de vida a pesar de lo grandes y difíciles que parezcan, enfrentamos problemas y peleamos las batallas.
De hecho la palabra de Dios nos enseña algunas verdades muy importantes sobre la nuestra vida:
- Todo en la vida tiene un tiempo (Eclesiastés 3:1)
- Nuestras fuerzas tenemos que usarlas de manera provechosa (Eclesiastés 9:10)
- No debemos desperdiciar las fuerzas que Dios nos da para trabajar y enfrentar la vida (Proverbios 24:10)
Pero tenemos que comprender algo muy importante, Dios quiere que todos los gigantes sean enfrentados y derrotados, pero no quiere que lo hagamos solamente nosotros, y en eso radica la importancia del legado.
En un momento de la vida de David hubo un gigante que no pudo vencer (2 Samuel 21:15-17) el nombre de ese gigante ya no era Goliat, sino un descendiente de él que se llamaba Isbi-Benob, pero en realidad en esa batalla fueron dos gigantes que David no pudo vencer, se llamaban EDAD y VEJEZ.
Llegará el momento en la vida de cada uno de nosotros que tendremos que enfrentar esos dos gigantes, y tenemos que comprender que ese es el momento de dejar de enfrentar gigantes y sentarnos a ver como nuestros hijos pelean sus batallas y como vencen sus propios gigantes, el momento de ya no pelear por ellos, sino de aconsejarlos para la guerra.
David fue sabio, y compartió su legado, no solamente él era mata gigantes, sino también sus soldados, sus siervos y su familia (vs 17 y 20-22)
¿QUE NECESITAMOS PARA COMPARTIR ESE LEGADO CON NUESTROS HIJOS? Para que sean valientes en la vida, para que no tengan temor de enfrentar sus gigantes, para que puedan pelear sus batallas y salir victoriosos y alcancen sus metas y cumplan sus sueños
I) TENEMOS QUE DARLES EL EJEMPLO NOSOTROS (1 SAMUEL 17:40)
¿Porque los siervos de David sabían cómo enfrentar gigantes? ¿Cómo hacían para tener el valor de pararse frente a un gigante y pelear con él? ¡Porque habían visto a David hacerlo primero! Él les dio el ejemplo de valentía y de fe y los convirtió en mata gigantes.
El ejemplo que les damos a nuestros hijos es tan importante, tanto para bien como para mal, pues ¿Cuál de los siervos del rey Saul se atrevió a enfrentar gigantes? ¡NINGUNO!
Para dejar ese legado en nuestros hijos, ellos tienen que vernos pelear, ser valientes, enfrentar la vida sin temor y con fe en Dios. esforzados, y si caemos, que nos vean levantarnos con la ayuda de Dios.
II) TENEMOS QUE COMPARTIRLES EL SECRETO
En la historia de la pelea de David con el otro gigante Isbi-Benob, vemos, como era de esperarse pues estos gigantes no eran del pueblo de Dios, que no le habían enseñado el secreto de la batalla (2 Samuel 21:16) pues ese gigante venía a enfrentar a David confiado en UNA ESPADA NUEVA, ese detalle es muy significativo pues la espada de Goliat ¿Quien la tenía? ¡DAVID! Y por eso ese gigante venía con una espada nueva.
Así también en el mundo muchas personas piensan que el secreto del éxito y de la victoria está en las nuevas estrategias, en las nuevas tecnologías, en nuevas visiones, etc.
Pero vemos que ese gigante llamado Isbi-Benob también fue derrotado al igual que Goliat, a pesar de su espada nueva. ¿Por qué?
Porque David les transmitió a ellos el legado, les enseñó el secreto para enfrentar cualquier batalla en la vida: (1 Samuel 17:45) NO ES LA ESPADA, ES LA PRESENCIA LO QUE TE DA LA VICTORIA.
Y ese también TIENE QUE SER EL LEGADO que le dejemos a nuestros hijos, que ellos comprendan que no se trata solamente de títulos, de dinero, de amistades, de experiencia, o de valor, SINO DE LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA. Ese es el legado más importante que podemos dejarles para su futuro.