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La importancia de congregarnos

1 CORINTIOS 15:58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Hemos llegado ya al segundo mes del año y lastimosamente ya muchos de los cristianos que comenzaron con mucha emoción el año, que tenían el propósito de congregarse durante todo el año, ya no los vemos en las iglesias, ya van perdiendo la emoción, ya van dejando de lado sus buenos propósitos y se van enredando otra vez, en los engaños del enemigo, los afanes, los placeres, la vanidad de la vida, y el engaño de las riquezas.

Es por eso que es muy importante que como cristianos comprendamos verdaderamente cual es la importancia de congregarnos constantemente en nuestra iglesia durante todo el año, no solamente cuando inicia, ni solamente cuando “Aprieta el Zapato” (Salmo 78:34-35) Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya, 35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor

Tampoco debemos ser cristianos de eventos, es decir, cuando hay actividades especiales, cuando hay predicadores invitados, cuando hay salmistas invitados, cuando hay rifas o premios, tenemos que comprender que todas esas actividades que se hacen son principalmente para que los inconversos vengan a la iglesia, con un objetivo principalmente evangelístico, nosotros como cristianos tenemos que ir a la iglesia a buscar del Señor, a escuchar su palabra, a clamar y adorar a nuestro Dios (Marcos 2:1-2) Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. ¿Quién se oyó que estaba en casa? ¡JESÚS! las personas fueron a esa casa porque ahí estaba Jesús, y eso es lo que nosotros como cristianos debemos comprender. 

VEAMOS ENTONCES EN LA PALABRA DE DIOS, ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONGREGARNOS CON CONSTANCIA? 

I) PRIMERAMENTE, PORQUE ES UN MANDATO DEL SEÑOR (HEBREOS 10:25) no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

La palabra de Dios nos hace un llamado directo a nuestra vida a no dejar de congregarnos, a no alejarnos de su iglesia, como algunos cristianos que tienen la costumbre no congregarse, y eso es un detalle muy importante, porque congregarse habla de un templo, de un lugar especial donde la iglesia de Cristo se reúne para adorar a Dios y recibir su palabra. 

El texto no nos dice no dejando de leer la Biblia, o no dejando de orar en casa, o no dejando de cantar alabanzas en nuestro hogar, pues hay muchos cristianos que dicen “Yo no voy a la iglesia pero en mi casa oro, en mi casa leo la Biblia, en mi casa canto alabanzas” y eso está muy bien, eso tenemos que seguir haciéndolo siempre , pero tenemos que comprender que el llamado es NO DEJAR DE CONGREGARNOS.

Tenemos que comprender que siempre Dios ha establecido lugares donde su pueblo vaya y lo adore, lugares donde su pueblo tiene que ir y buscarlo, y no hacer como a nosotros nos parece, sino hacer como nuestro ha dicho que hagamos (Deuteronomio 12:4-8) No haréis así a Jehová vuestro Dios, 5 sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ese buscaréis, y allá iréis. 6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7 y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 8 No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece,

II) PARA SEGUIR EL EJEMPLO DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS (HECHOS 11:26) Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

Podemos ver que los primeros cristianos o como se le llama hoy “La iglesia primitiva” se congregaron con constancia, a pesar de las dificultades que enfrentaban para hacerlo.

Tenemos que comprender que el contexto social, político y religioso, en el cual vivían los primeros cristianos era muy diferente al de la mayoría de nosotros en la actualidad, en ese tiempo ser cristiano era prácticamente un delito, eran considerados enemigos del imperio romano y por lo tanto eran perseguidos por los romanos y también eran perseguidos por los judios pues los consideraban herejes por predicar que Jesús era el Mesías. 

Congregarse era un peligro, corrían peligro de muerte, los judios más radicales como lo fue Pablo se enfurecian y querían agarrar a los cristianos para meterlos presos (Hechos 9:1-2) Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.

Hoy la mayoría de cristianos no somos perseguidos, no somos llevados cautivos por reunirnos en la iglesia para adorar al Señor, hoy los cristianos no queremos congregarnos porque somos cautivos de la COMODIDAD, DE LOS AFANES, DE LA PEREZA ESPIRITUAL, DE LA SOBERBIA, ETC

Hoy lastimosamente podemos ver que HAY PAN, PERO NO HAY HAMBRE, (Amós 8:11) He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. muchos se preguntan: ¿Qué tendrá que hacer el Señor para que el mundo tenga hambre de su palabra? 

Pero quizás la pregunta principal es para cada uno de nosotros ¿QUE TIENE QUE HACER EL SEÑOR EN MI VIDA PARA QUE YO TENGA HAMBRE DE SU PALABRA? Tenemos que tomar el ejemplo de la iglesia primitiva, tenemos que ser valientes como los primeros cristianos que se congregaban a pesar de la persecución, a pesar de las amenazas, a pesar de las dificultades. 

III) PARA CONOCER Y PRACTICAR EL AMOR FRATERNAL Y LA HOSPITALIDAD PARA CON NUESTROS HERMANOS Y NUESTROS PRÓJIMOS (HEBREOS 13:1-2) Permanezca el amor fraternal. 2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.

En la iglesia de Cristo cuando su pueblo se reúne el amor fraternal debe ser manifestado en el trato entre los hermanos, cuando el pueblo de Dios se congrega no solamente aprendemos por medio de la palabra que se nos predica en cada culto, sino que aprendemos a ser pacientes con las debilidades de nuestros hermanos, aprendemos a no ser indiferentes ante las necesidades de los demás, sino como lo dice la palabra a gozar con los que se gozan y a llorar con los que lloran (Romanos 12:15) Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.

Nos congregamos para practicar la hospitalidad, para recibir con amor a los que vienen buscando al Señor, para recibir al pecador, al huérfano, a la viuda, al necesitado, y a todo aquel que reconozca su necesidad de Dios, es decir que nos congregamos para aprender a tratar a los demás como nos gustaría ser tratados, sin hacer acepción de personas (Santiago 2:1-4) Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. 2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, 3 y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; 4 ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?

Lastimosamente muchos de nosotros hacemos lo contrario y nos congregamos para adorar al Señor, para escuchar su palabra, pero también para criticar al hermano, para hablar mal de nuestro prójimo, para sembrar discordia entre los hermanos (Gálatas 5:14-15) Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.

Podemos decir entonces que en la iglesia nos congregamos no solamente para estar juntos, sino para aprender a estar juntos y en armonia, por medio del amor, la paciencia, la humildad y el perdón que por medio del Espíritu Santo podemos poner en práctica en nuestra vida. (Salmo 33:1-3) ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! 2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; 3 Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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