Lucas 24:13-27 La experiencia de los hombres camino a Emaús relatada en Lucas 24 nos demuestra que podemos estar en la presencia del mismo todopoderoso Dios o caminar con Él, y esa presencia no tener efecto alguno en nuestras vidas, pues Dios estaba a su lado y ellos no lo reconocieron. Las iglesias están llenas de gente que están caminando con el Señor, pero no están caminando en lo sobrenatural de Su poder. Gente caminando triste y en derrota, pero el problema no está en Dios sino en nosotros.
¿Por qué hay gente que entra a la iglesia y sale sin conocer a Cristo?. La respuesta es que su entendimiento está ciego, corrompida su mente al procesar lo que ve. Quien tiene el entendimiento entenebrecido no puede ver la luz aunque la tenga en frente, está completamente ciego. El entendimiento del hombre sólo puede estar de dos formas; iluminado o entenebrecido. El entendimiento entenebrecido procesa en temor y desesperación, pero el entendimiento iluminado es el que procesa acorde a la Palabra de Dios, y por eso adquiere fe.
2 de Corintios 4:3-4 dice “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.
Sin fe es imposible agradar a Dios y el enemigo lo sabe, por eso destruir la fe del creyente es el objetivo de todos sus embates, él sabe que para tener fe necesitas entender la Palabra de Dios, por eso ciega el entendimiento de los creyentes causando incredulidad, lo cual a su vez detiene la manifestación de la gloria de Dios en nuestras vidas. Nótese que cuando habla de incrédulo no está hablando del impío, sino de todo aquel que no cree aún estando en la iglesia.
Quien escucha la Palabra de Dios y no la puede discernir es porque tiene el entendimiento entenebrecido, pero Gloria a Dios!, porque Él puede cambiar esta realidad en un segundo iluminando sus ojos. Si Jesús siguió caminando con aquellos hombres camino a Emaús también caminará a tu lado hasta que tus ojos sean iluminados. Él no se va a rendir hasta verte en victoria.
El enemigo hará su trabajo cegando, pero el Señor hace un mejor trabajo iluminando nuestros ojos a la luz de Su Palabra, pues una gota de luz puede más que una tonelada de tinieblas.
Para iluminar la mente de aquellos hombres camino a Emaús Jesús les reveló sus corazones al hacerlos analizar lo que hablaban, todo era temor y tristeza, luego los reprende en el verso 25 donde les dice que han sido insensatos y tardos para creer, pues el creer tiene que ver mucho con el acto de la voluntad y ellos habían escogido no creer.
Algo importante que hizo Jesús fue que los inundó de Palabra de Dios hablándole desde Moisés y repasando todos los profetas. Es preciso esto lo que necesita cada persona con su mente entenebrecida y sus ojos velados para ser libre de esta condición. Debemos analizar lo que estamos hablando, si es en fe o en temor para luego escoger creerle a Dios. Además es importante alejarnos de todo aquello que no edifica y llenarnos de la Palabra de Dios con la cual sea fortalecida nuestra fe.