Hace unos años escuché. Un tremendo mensaje del Pastor Luis Reyes basado en Lucas 24-45, que dice: “Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras”, nos invita a meditar sobre la importancia del entendimiento espiritual en la vida de la Iglesia.
El Pastor acertadamente señala que una iglesia sin entendimiento espiritual corre el riesgo de desaparecer o estancarse. No se trata solo de acumular conocimiento bíblico, sino de recibir la revelación divina que nos lleva a conocer la verdad de Dios y, más importante aún, obedecerla. Esta obediencia transforma la teoría en práctica, convirtiendo el conocimiento en una vida edificada sobre la roca que es Cristo.
La mención del desierto nos recuerda cómo el pueblo de Israel permaneció 40 años vagando por falta de fe y desobediencia. De igual manera, cuando no permitimos que Dios abra nuestro entendimiento y nos dejemos edificar por Su palabra, nuestra vida espiritual puede entrar en un ciclo estéril y sin fruto.
Para ser una iglesia edificada y en movimiento, es fundamental que busquemos continuamente el entendimiento que solo Dios puede dar a través de Su Espíritu Santo. Como dice en Proverbios 4-7, “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría, y con todos tus bienes adquiere entendimiento”.
El entendimiento espiritual no es automático; requiere humildad, oración y comunión con Dios. Hoy es el día para pedirle que abra nuestro entendimiento, para que podamos ser una iglesia activa, obediente y comprometida con Su verdad. Como Jesús iluminó a los discípulos para entender las Escrituras, pedí que ilumine nuestro corazón, no solo para conocer más, sino para vivir conforme a Su voluntad. ¿Estamos permitiendo que Dios nos saque del desierto hacia Su promesa?