Las Buenas Nuevas de salvación deben ser disfrutadas por la familia de Dios, por lo que la iglesia de nuestro Señor Jesucristo, necesita con urgencia volverse al Padre Eterno, obedeciendo su santa y bendita Palabra.
Porque las mejores noticias están escritas en la Biblia y nos anuncian eventos que conjugan los tres tiempos, pasado, presente y futuro, lo que quiere decir, que los acontecimientos buenos y malos en los días de hoy están predichos en la Palabra de Dios.
Al respecto, en cuanto a estos tiempos a Jesús le preguntaron sobre las señales antes del fin y de su próxima venida, el entonces dijo: “Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre diciendo: Yo soy el Cristo, y el tiempo está cerca. Más no vayáis en pos de ellos”.
“Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis, porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente. Entonces les dijo: Se levantaran nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales en el cielo”, Lucas 21: 7-11.
Estos acontecimientos, predichos por la Biblia serán de mal en peor para los que están en el mundo fuera del gobierno de nuestro Señor Jesucristo.
Esto significa, que la familia de Dios, la Iglesia, esta advertida de los tiempos y las señales de eventos que aterran el curso de la paz en este mundo y de manera individual.
Sin embargo, esta reflexión nos trae a la memoria el consejo bíblico para la familia de hoy, en el Salmo 133:1,3, que dice: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”.
Tabernáculo Prensa de Dios, hace un llamado a las Familias del pueblo de Dios, “para que fortalezcamos nuestra esperanza de fe, amor y poder en las promesas fieles y verdaderas que nuestro Salvador el Señor Jesucristo, nos ha delegado a través de su Palabra”.
Asimismo, entiende que “la familia de hoy necesita volver a la visión de ser gobernado por la voluntad del Padre Celestial, de forma tal que edifiquemos un altar de adoración en nuestros hogares, de manera que sea una realidad incuestionable nuestra alabanza y adoración”.
Al mismo tiempo indica que ese altar “nos dará la fortaleza de una cosmovisión verdadera y así tenerlo en primer lugar como lo más importante y lo más influyente las noticias de la palabra de Dios, para que así podamos tener un mejor enfoque de las informaciones del mundo, de forma tal que no nos afecten aniquilando nuestra fe, esperanza, amor y justicia en el poder soberano de Dios.