El concepto de honestidad está en crisis en nuestro país y esa palabra ha desaparecido de la mente y del léxico de muchas personas incluyendo la de políticos, de empresarios, comerciantes y de los que inciden con sus labores en el desarrollo social de República Dominicana. El pueblo espera que sus líderes, en el ámbito social, político, económico y religioso transiten por el camino de la honestidad.
Como honestidad se designa la cualidad de honesto. Como tal, hace referencia a un conjunto de atributos personales, como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y de actuar. La palabra proviene del latín honestĭtas, honestitātis.
La honestidad es un valor moral fundamental para entablar relaciones interpersonales basadas en la confianza, la sinceridad y el respeto mutuos.
Una persona que actúa con honestidad lo hace siempre apoyada en valores como la verdad y la justicia, y no antepone a estos sus propias necesidades o intereses. En este sentido, es una persona apegada a un código de conducta caracterizado por la rectitud, la probidad y la honradez.
La honestidad verdadera permea todos los aspectos de la vida de una persona: se manifiesta socialmente, pero también en el entorno íntimo del individuo y en su vida interior. Esto quiere decir que la honestidad es tanto exterior como interior, en vista de lo cual debe ser un comportamiento coherente, donde las acciones del individuo sean consecuentes con lo que piensa, dice y predica.
Pregunta: ¿Dios espera y merece honestidad? Respuesta: Está en la Biblia, Salmo 51:6, «He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría». El ser deshonesto con alguien es tan dañino y duradero como las heridas físicas. Está en la Biblia, Proverbios 25:18, «Martillo y cuchillo y saeta aguda es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio».
El Señor no aprueba la deshonestidad en los negocios. Está en la Biblia, Proverbios 20:23, «abominación son a Jehová las pesas falsas, y la balanza falsa no es buena».
Sea honesto y franco. Está en la Biblia, 1 Tesalonicenses 2:3, «Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño». II Corintios 8:21, «Procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres».
La honestidad está involucrada en dos de los mandamientos. Está en la Biblia, Éxodo 20:15-16, «No hurtarás. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio». Los líderes valoran a aquellos que dicen la verdad. Está en la Biblia, Proverbios 16:13, «Los labios justos son el contentamiento de los reyes, y éstos aman al que habla lo recto».
La verdad es de más valor que la adulación. Está en la Biblia, Proverbios 28:23, «El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua». Los hijos de padres honestos son felices. Está en la Biblia, Proverbios 20:7, «Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él». Diga la verdad siempre.
Está en la Biblia, Proverbios 12:13-14, «El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; mas el justo saldrá de la tribulación. El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y le será pagado según la obra de sus manos».
Las ganancias fraudulentas son agradables sólo por poco tiempo. Está en la Biblia, Proverbios 20:17, «Sabroso es al hombre el pan de mentira; pero después su boca será llena de cascajo».
Las riquezas obtenidas deshonestamente no duran mucho tiempo.
Está en la Biblia, Proverbios 21:6, «Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte». Haga las cosas como Dios quiere. Está en la Biblia, Proverbios 11:1, «El peso falso es abominación a Jehová; más la pesa cabal le agrada».
Dios valora al máximo la honestidad. Está en la Biblia, Proverbios 21:3, «Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio».