Marcelo es un hombre maduro que disfruta sus fines de semana viendo a sus nietos jugar en el patio de su casa, sentado en una silla de descanso, con su jugo de naranja en su mano sonríe mientras ve crecer a sus nietos y mientras su amada esposa con la que tiene treinta años de casado prepara un asado riquísimo, mientras sus hijos sonríen en la mesa del jardín contando una y otra historia de antaño sobre sus padres de los que se sienten muy orgullosos. Ese hubiera sido el futuro que a Marcelo le hubiese esperado si no hubiese decidido terminar su relación de matrimonio hace 25 años cuando dirigido por un sentimiento falso hacia otra mujer decidió dejar a su esposa a quien había prometido amor eterno.
Hace 25 años Marcelo conoció a un mujer más joven que su esposa, sin lugar a dudas la chica era linda, con una sonrisa muy hermosa, muy elegante y con una forma de ser espectacular, sin embargo esa chica a pesar que sabia que Marcelo estaba casado no le importo entablar una amistad intima con él y poco a poco se sintió a traída por ese hombre casado.
Marcelo nunca había sido infiel a su esposa, él había prometido amor eterno en el altar a su amada, sin embargo de pronto comenzó a sentirse atraído por esa chica y sin darse cuenta comenzó a entablar una relación más allá de una amistad con ella.
Todo se dio un día cuando estando solos hablaron más de la cuenta y expresaron ese sentimiento que mutuamente sentían a lo que llevo a un primer beso, ese beso que para Marcelo fue muy confuso, porque a pesar que sintió algo “bonito” sabia muy bien que había hecho mal.
Llego a su casa, y se sentía falso, se le caía la cara de vergüenza por ver a su esposa, aquella mujer que lo esperaba con una cena riquísima, aquella mujer que lo amaba más de lo que él creía merecer.
Sin embargo poco le duro a Marcelo aquel sentimiento de dolor por haberle fallado a su esposa porque siguió avanzando poco a poco y aquel pequeño beso se convirtió en muchos besos, caricias y muy pronto sexo que traducido por la Biblia se llama Adulterio para él y Fornicación para ella.
Marcelo perdió el sentido de dolor por pecar, su mente se cauterizo y sus pensamientos se confundieron, tomo la torpe decisión de dejar a su esposa, con la que aun no había tenido ningún hijo e irse con esta otra chica que le hacia vibrar el corazón.
Su esposa jamás entendió del cambio, y no pudo hacer nada porque un terco Marcelo decidió romper con aquella promesa de aquel hermoso altar. Aquella mujer lloro muchas noches por su amado esposo, por el cual oro incansablemente, sin embargo Marcelo cegado por sentimiento engañosos no pudo ver más allá que lo pasional y con insistencia logro el divorcio.
Poco le duro a Marcelo, solo fueron cuatro años para que aquella linda chica lo dejara por otro hombre. Para Marcelo fue un duro golpe, su misma vergüenza por todo lo que había ocurrido no le permitió buscar a aquella otra mujer que si lo amó de verdad, aquella mujer que nunca lo defraudo.
Ahora Marcelo vive solo, amargado e infeliz. Esta enfermo y no tiene esposa, hijos y menos nietos. Una mala decisión influyo negativamente en todo el futuro de su vida y su misma vergüenza y orgullo nunca le permitió salir de ese difícil bache.
Lo que comenzaste leyendo hubiera sido lo que Marcelo hoy estuviera gozando, pero su pasión carnal pudo más que su prudencia e inteligencia. Decidió lo carnal antes de respetar aquella promesa en un altar y tuvo como consecuencias lo que sembró.
¿Eres casado?, ¿Estas amando a tu esposa y respetándola como se merece?, ¿Estas cumpliendo aquella promesa que un día hiciste en ese altar?, ¿Eres novio o estas comprometido?, ¿Estas dispuesto a respetar y amar a esa mujer como se lo merece?
No podemos ir por la vida tomando decisión orientados por los sentimientos del momento, porque nuestros sentimientos son inestables, pensemos con mente fría y tomando en cuenta a Dios en todo lo que podamos y queramos hacer, porque de esa manera sabremos que tendremos su respaldo, pero si tomamos decisiones que van en contra de lo que Dios quiere, entonces tarde o temprano cosecharemos lo que sembramos.
La Biblia dice: “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella” Efesios 5:25 (Nueva Versión Internacional).
No arruines tu futuro tomando decisiones orientadas por la pasión carnal, en su lugar ve al Señor y no hagas nada que Dios no quisiera que hicieras y entonces tendrás un futuro maravilloso asegurado.