“Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?” Salmos 11.3
Recuerdo visitar la casa de un amigo que tenía un sótano cuyo fundamento tenía una grieta. El dueño de la casa no quería repararla pues su costo era exorbitante, de modo que mi amigo decidió vivir con este problema. Por ello cada vez que llovía el agua ingresaba al sótano para zozobra de mi amigo.
El fundamento de una sociedad es la familia. Sin embargo la familia se encuentra hoy con una “grieta” que ha dado lugar a que ingresen los abusos, adicciones, abandono, adulterio, homosexualismo y otros males que amenazan a la familia y por ende nuestra sociedad.
El Salmista hace una pregunta interesante: ¿Que ha de hacer el justo cuando se destruye el fundamento? El justo no puede quedar de espectador, o peor aún de critico! El justo tiene que ser protagonista, es decir trabajar en reparar la grieta en el fundamento. Como te preguntaras? Empieza hoy asegurándote que tu familia sea un ejemplo a seguir en el respeto, oración, cuidado y fidelidad.
Podemos hacer toda clase de marchas, congresos, seminarios y eventos en defensa de la familia, pero si el justo no demuestra esto en su propia familia todo lo demás solo será maquillaje. Toma hoy una decisión de no hablar más de “la grieta” sino de modelar la solución en tu propia familia.