Voz del Tabernáculo

La Fuerza de la Fe y el Poder del Espíritu Santo en la Vida Cristiana

VOZ DEL TABERNAULO

El proceso de la fe en la pasión de Cristo promueve nuestra confesión a conocer, vivir y amar con el verdadero poder con que el Espíritu Santo sustenta nuestras almas en la vida socio-espiritual con Cristo.

No es posible aprender de Dios en el lenguaje de la fe con nuestro propio lenguaje humano, porque la Biblia nos enseña que Jesucristo dijo: «sin mí nada podréis hacer». Además, nos enseña que las facultades de nuestro intelecto humano no pueden percibir el lenguaje de la naturaleza divina de Dios, ya que es un don creado sobre la base de la conciencia humana.

Esto significa que todo lo que creemos o no nace de nuestra fe y convicción en la vida. Así, la fe puede sustentarse de manera positiva o negativa sobre cualquier asunto humano o espiritual. Cuando esta se alimenta de las verdades del Espíritu de Dios, podemos conocer los principios de las leyes espirituales que norman la ciencia del bien y del mal, permitiendo que, al hacer buen uso del conocimiento en ellas, se manifieste el poder en lo sobrenatural.

Mientras más buscamos a Dios, más nos enseña. Dios habla día a día y constantemente, por lo que nuestros oídos deben estar atentos, ya que Su palabra es dada a través de quienes menos esperamos.

Por esta razón, conocer la palabra es la mejor manera de entender de lo que Dios es realmente capaz cuando, por fe, escuchamos testimonios sobre milagros y resurrección hechos por Él.

Tener fe no se trata de ignorancia, sino de un verdadero conocimiento de aquello en lo que nuestro Dios es capaz de hacer. La fe que llega por medio de conocer a Dios nos hace fuertes y nos enseña a caminar más allá de lo que nuestras fuerzas nos permiten, porque sabemos que es Dios quien nos sostiene. «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13).

El poder de la oración de fe, sobre las rodillas dobladas de una mujer de fe, es tremendo. Cuando una persona le da importancia a la vida de oración, Dios siempre inclina sus oídos para escuchar sus peticiones y responde de acuerdo a Su voluntad.

Es maravilloso que nuestras oraciones de fe sean escuchadas y respondidas por el Dios Todopoderoso, creador del cielo y la tierra, del mundo y todo lo que en él hay. «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (Hebreos 11:1). Cuando vivimos la vida por fe, estamos preparados para enfrentar cualquier situación, por adversa que sea, con la seguridad de salir victoriosos. Nuestro Padre Celestial nos manda a orar siempre con acción de gracias: «Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos» (Efesios 6:18).

 

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dio

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