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La felicidad del hombre

¿En qué consiste la felicidad?

¿Será posible conseguirla o simplemente es una quimera?

Según las palabras de Salomón en: Eclesiastés 1:3 la felicidad duradera propiamente no existe “¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?”

Entonces ¿Realmente qué es la felicidad?

Según el diccionario secular la felicidad es:

Estado de ánimo de alguien que siente satisfacción plena La felicidad era su meta.

circunstancia que provoca este estado de ánimo El nacimiento de su hijo lo llenó de felicidad

Según el diccionario Mundo Hispano: El gran predicador Spurgeon dijo que Salmo 1 es una joya de la literatura hebrea. Este Salmo es el texto del cual todo el Salterio es el sermón. Empieza con bienaventurado, que nos hace pensar en el Sermón del monte, de Jesús. Esta palabra “bienaventurado” puede ser traducida mejor por: “¡Oh la felicidad!” o “¡Qué dichoso!” Aparece 26 veces en los Salmos.

Según el diccionario bíblico Vine: bienaventurado˒ ashrê ( אשְריֵ ), «bienaventurado, feliz». De las 44 veces que aparece este nombre, 40 están en pasajes poéticos: 26 veces en los Salmos y 8 en Proverbios.c BNC Biblia Nácar-Colunga (1958).

El término comunica básicamente la «prosperidad» o «felicidad» que experimentan los que son favorecidos (bendecidos) por alguien superior. En la mayoría de los pasajes, quien otorga el favor es Dios mismo: «Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová» (Dt 33.29). La persona bienaventurada no siempre goza de una situación «feliz»: «He aquí bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menospreciéis la corrección del Todopoderoso, porque Él es quien hace la llaga, y Él la vendará» (Job 5.17–18). Elifaz no quiso decir que la condición de Job era, en sí, «feliz»; sino que Dios estaba preocupado por él, por tanto era «bienaventurado». Su situación era «feliz» porque el resultado sería bueno. Job, por tanto, debería reírse de su adversidad (Job 5.22).

Entonces parece que si existe la felicidad

Salmos 1:1-2 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.”

Bienaventurado—lit., oh, la felicidad—exclamación de fuerte emoción, como si resultara de la meditación en el asunto. El uso del plural puede denotar la plenitud y la variedad (2Ch_9:7).

Consejo … Camino … Silla—Con sus correspondientes verbos, indican las graduaciones de la maldad, siguiendo los principios, cultivando el compañerismo, y conformándose permanetemente a la conducta de los impíos, descritos por los tres términos, el último de los cuales expresa la más descarada impiedad (cf. Psa_26:4-5; Jer_15:17).

La Ley de Jehová está su delicia—toda la palabra de Dios entonces escrita, especialmente los libros de moisés (cf. Psa_119:1, Psa_119:55, Psa_119:97, etc.). 

Entonces ¿estaba equivocado el rey Salomón en su análisis de Eclesiastés?

Antes de entrar al análisis de Salomón debemos considerar varias cosas, según la Biblia, Dios le había dado una sabiduría superior a la de cualquier hombre. El escribió este libro cuando ya estaba en la vejez, había experimentado todo en la vida, era el hombre más preparado de su tiempo y al mismo tiempo tenía toda la riqueza que un ser humano puede desear, pero aún así Salomón hace un profundo análisis de lo que es la vida, lo que él quería entender, al igual que nosotros, en sí que es la felicidad, en qué consiste tener una vida agradable, que llene todas sus expectativas.

Ahora cual era el propósito de Salomón en este libro, es el de tratar de comprender el verdadero significado de la vida.

1:1-3,8 “Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. 2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? 8 Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.”

No, no estaba equivocado, simplemente da a entender que de nada sirve nuestro afán diario tratando de atesorar cosas, como conocimiento, riquezas, etc. Para sentirnos satisfechos.

1 . 3 Aquí aparece el verdadero tema del libro. ¿Cuál es el provecho (en hebreo, yitron de la existencia? ¿Puede encontrársele sentido a esta vida? La cuestión planteada por el Predicador explica por qué todo es inútil: No hay provecho, nada se gana, no tiene valor alguno el continuo trabajo del ser humano en este mundo. Bajo el sol: En el lenguaje del Predicador esta expresión es más bien sinónimo de «en esta vida» que de «en este planeta».

¿Cuál es el debate del rey Salomón en Eclesiastés?

Eclesiastés 2:14-16; 5:18-20; 8:10,15,17; 11:9; 12.1

2:14-16 “El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro. 15 “Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad. 16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.”

2 . 14 – 16 El Predicador se da cuenta que tanto el sabio como el necio deben morir. El valor supremo que busca no puede entonces descansar en ninguna esperanza de retribución en esta vida.

5:18-20 “He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte. Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.” 

Esto tiene mucho sentido, pues nada podemos llevar cuando morimos, el disfrute máximo consiste en momentos cortos y sencillos.

5 . 18 – 20 Otra vez el Predicador regresa al segundo tema de este libro: aunque no se puede descubrir un valor absoluto por esfuerzos humanos en esta vida, se debe recibir agradecida y gozosamente las bendiciones de Dios.

11:7-10 “Suave ciertamente es la luz, y agradable a los ojos ver el sol; 8 pero aunque un hombre viva muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad. 9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.10 Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.” 

El Predicador no ha hallado nada de valor permanente «debajo del sol» (en este mundo), como la vida misma es vanidad (transitoria, v. 8; véase la nota a 1.2). De manera que arriba a dos conclusiones: En esta vida lo mejor que se puede hacer es gozar de las bendiciones de Dios (véase la nota a 5.18-20); y todo valor absoluto debe trascender esta vida, y estar afianzado en la justicia de Dios (v. 9). El saber que Dios juzgará todas las cosas, debe motivarnos a vivir moralmente (v. 10), mientras gozamos de aquello con lo que él nos ha bendecido.

¿A qué conclusión llegó Salomón al final de su análisis 

Eclesiastés 12:13-14  “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.”

Reverenciar y obedecer a Dios es el todo del hombre, algo que se halla en completa oposición a las cosas de este mundo consideradas «vanidad». Estas cosas pasarán, pero nuestra relación con Dios perdurará hasta que él juzgue a la tierra (v. 14). ¿Fue inútil entonces la búsqueda del Predicador? De ninguna manera. Demuestra con toda claridad cuáles deben ser nuestras prioridades: no las cosas de este mundo, sino las de Dios.

Como conclusión tenemos las palabras de nuestro Señor Jesucristo.

Nuestra felicidad debe estar cimentada en Dios atravez de Jesucristo, el Cordero perfecto que vino al mundo para traernos la salvación, todo solo por su inmenso amor. Este es el resultado del análisis de Salomón.

Salomón fue tan inteligente y entregado a Dios, que a pesar de ser un pecador al igual que nosotros, siempre estaba buscándola razón de la vida.

Ahora nuestro Señor Jesucristo nos da las bienaventuranzas desde el Sermón del Monte y nos dice. Mat 5:11-12 “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”

Este debe de ser el verdadero significado de la vida, lo que nos promete el Señor Jesucristo.

Debemos sentirnos felices porque Cristo nos ha rescatado de la muerte eterna y nos da vida, vida en abundancia.

Juan “10:14-18 “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,   así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.   También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.   Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.   Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”

Esta es la conclusión de Salomón (Ecl. 12:13-14).

El apóstol Pablo nos dice:

Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”. 

“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos” y seremos bienaventurados, FELICES. Fuera de Dios na hay nada. Más que desesperación y muerte.

Si todavía no tienes a Cristo como tu Señor y quieres ser feliz, hoy te invito a que tomes esa decisión, recíbelo el Señor de tu vida.

Fuente:
Pastor José Alberto Vega

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