Durante la “Escuela de Gobierno Theopolis”, realizada esta semana en la Comunidad de las Naciones, en Brasilia, diferentes expertos hablaron sobre la necesidad de que la Iglesia busca un diálogo más claro con la sociedad, sin renunciar a sus convicciones.
Dividiendo su tiempo entre Brasil y los Estados Unidos, Lourenço es uno de los mayores científicos cristianos en actividad, dedicándose también a enseñar sobre apologética, la defensa de la fe.
Desde el punto de vista cristiano, toda ciencia debidamente establecida y la Biblia, correctamente interpretada, no entra en contradicción. Todo lo que la ciencia haya descubierto, si es la verdad, no será contradictoria a lo que la Biblia dice, pues el autor es el mismo. El autor de la naturaleza y el autor de la Biblia es el mismo, o sea, él no dirá algo en la naturaleza que contraríe lo que él dice en la Biblia.
Un ejemplo práctico es ver en los primeros versículos de Génesis que el Espíritu de Dios pasaba sobre las aguas. Por lo tanto, debe haber agua al principio del universo.
La ciencia ya descubrió cuerpos celestes a 13 mil millones de años luz de distancia de la gente, o sea, al inicio del universo, que contiene moléculas de agua. Es decir, la ciencia y la Biblia están peleando? ¡No! Están hablando exactamente lo mismo.
Al pensar en este tema en la educación: vamos a dejar que la verdadera ciencia sea ciencia. Se pasaron casi 200 años desde la teoría de la evolución de Charles Darwin, pero no ofrece evidencias.
No hay leyes en la biología evolutiva, por lo que el modelo está equivocado. Un modelo que no tiene evidencias y no produce leyes está equivocado. Si alguien tiene dudas, basta recordar el modelo geocéntrico, no había leyes ni evidencia, por lo que estaba equivocado!