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La esencia de la oración

Por lo general, se dice que orar es hablar con Dios; Pero, al verlo así, corremos el riesgo de minimizar la importancia de la oración. En una relación matrimonial, de las primeras quejas, es alguna falla en la comunicación. Con tu cónyuge, tú no hablas por hablar; Hay contexto, situaciones, pensamientos, heridas, errores. Un matrimonio con problemas de comunicación, no es que no se hable, sino que lo hace incorrectamente; No han aprendido cómo expresarse y escuchar. De la misma manera, con Dios. La oración es comunicarte con Dios, pero no minimices lo vital que es la oración y lo que representa en tu vida.

“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.” Lucas 11:1

En este verso, los discípulos piden a Jesús que les enseñe a orar, como Juan enseñó a sus discípulos; Así que, hay que enseñar a la gente a orar. Además, si Jesús hubiera minimizado la oración, hubiera dicho: Tranquilos, no se preocupen, la oración es hablar con Dios. Pero no; Jesús les dijo cómo orar; Les dio un patrón para que oraran y se presentaran ante el Señor correctamente. Jesús oraba constantemente; Hizo oraciones largas, oraciones cortas, ayunó; Usó diferentes patrones, niveles, formas de orar, y enseñó a los discípulos cómo hacerlo, y también cómo no hacerlo.

“5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” Mateo 6:5

Este verso, en muchas ocasiones, se utiliza para decir que no podemos orar en público; Pero Jesús lo que dice es que tu intención de orar en público no debe ser que te vean.

“6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Mateo 6:6-8

Hay quien ora para impresionar, diciendo palabras en griego, arameo; Jesús oraba muy simple, y sus oraciones daban resultados. Orar es más que simplemente hablar con Dios; Es la manera en que el ser humano se comunica con Dios a través del lenguaje natural; y también hay un lenguaje espiritual. Es nuestra manera de comunicarnos con Dios, pero no debemos minimizarlo y desocuparnos de buscar cómo hacerlo correctamente.

En un matrimonio, tú buscas el mejor momento para hablar; Y así tenemos que pensar con Dios. Si tú quieres que tu relación sea efectiva, necesitas aprender qué hacer, cómo hacerlo, cuál debe ser la intención de tu corazón, y qué cosas no debes hacer.

Una de las mayores causas de frustración en la gente, en cuanto a la oración se refiere, es que no ven resultados; Se desaniman y dejan de orar, pero no es la oración la que falló, sino ellos al no hacerlo correctamente.

Hay cuatro modalidades que no constituyen verdadera oración: Mantras, letanías, rezos y meditación. Ninguna de estas es una manera de orar, aunque la estructura de estas puede formar parte de nuestra oración.

Mantras – Repetición de palabras o sonidos, adjudicándoles poderes sobrenaturales, entrando en un trance. Tú puedes hablar en lenguas y hacer un sonido que tú no entiendes, pero no es lo mismo; Tú no entras en un trance. El hablar en otras lenguas, tiene que ser dominado por tu espíritu; Si tú estás dominado por el Espíritu, tú puedes hablar en lenguas cuando decides, y dejar de hacerlo de igual manera. El Espíritu no trabaja en desorden.

Letanías – Repetición de expresiones más largas que los mantras. Como creyentes, cuando leemos la Palabra, hay ciertas cosas que repetimos, pero es un sentido diferente cuando lo hacemos bajo el Espíritu de Dios, que hacerlo creyendo que es la repetición de una frase particular la que provoca algún tipo de resultado.

Rezos – Orar la oración que otro ya oró. Repetir el Padre Nuestro una y otra vez es un rezo. Y pudiéramos pensar que esa es la oración que Jesús dijo que hiciéramos, pero no; Él lo que dijo fue que así es como debemos orar, enseñó el modelo de cómo orar. No hay nada malo en decir el Padre Nuestro, pero la esencia de la oración depende de tu conexión personal con Dios. Tu oración sale de una experiencia con Dios y del momento. En Salmos, hay múltiples oraciones que David hace, pero no se escriben para que las repitas, sino para enseñarte la condición en que estaba David, la fe que él tenía, qué fue lo que dijo para salir de su situación; Pero no para que ores esa misma oración porque eso no te promete tener los mismos resultados que tuvo David. Una cosa es pedir a un recién convertido que repita una oración, porque no sabe qué decir y hay que enseñarle; Pero llega el momento en que tú aprendes.

Meditación – En la meditación trascendental, se van en viajes astrales, se salen del cuerpo. En la Biblia, Pablo dice: Conozco un hombre; si en la mente, no lo sé; si en el cuerpo, no lo sé; Pero fui al tercer cielo. Así que Pablo tuvo una experiencia que su mente no podía explicar. Pero, en la meditación trascendental, generalmente, están adorando otros dioses; totalmente fuera de la Palabra y de lo que es una relación con Dios. Debemos meditar en la Palabra, pero es una dinámica diferente, porque el corazón es diferente.

La oración es una experiencia personal, y tu vivencia, tu entendimiento, tu conocimiento de la Palabra, es lo que hace que tú madures en tu vida de oración.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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