1 CORINTIOS 15:58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Este día finalizamos los estudios bíblicos sobre los conceptos cristianos básicos y vamos a reflexionar en la palabra de Dios sobre un concepto muy importante en la vida de todos los cristianos: LA CONSTANCIA.
No hay duda que hay muchísimas personas que tienen la buena intención de seguir y de servir a nuestro Señor Jesucristo, pero lastimosamente también muchas de esas personas no son constantes y rápidamente se desaniman y se apartan del camino de Dios.
Son personas que tienen el deseo o el anhelo de seguir a Cristo y de servirle, pero la palabra de Dios nos enseña que para seguir a Cristo se necesita algo más que solamente la intención (Hebreos 10:38) Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
Definamos primeramente que significa LA CONSTANCIA : Voluntad inquebrantable y continuada en la determinación de hacer una cosa, y firmeza y perseverancia en las decisiones.
¿QUÉ NECESITAMOS PARA SER CONSTANTES PARA SEGUIR Y SERVIR AL SEÑOR?
I) NECESITAMOS EL VALOR DEL COMPROMISO (LUCAS 9:57-58) Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza
El compromiso es lo que transforma una intención en realidad, es la valentía de hacer tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido aun cuando las circunstancias se ponen adversas,
Comprometernos con algo o con alguien significa que conocemos las condiciones que estamos aceptando y las obligaciones que éstas nos conllevan. La ausencia de compromiso convierte nuestras intenciones en una simple trivialidad, en algo sin valor.
Nuestro Señor Jesucristo conocía el corazón de ese hombre que le dijo que lo seguiría donde quiera que fuera, sabía que sus palabras eran palabras llenas de emoción pero sin un verdadero compromiso.
En una relación el compromiso viene por causa del amor, si nosotros amamos al Señor nos comprometemos con él , estaremos dispuestos a lo que sea necesario para seguirle y para servirle. En nuestra sociedad la ley del mínimo esfuerzo se va imponiendo poco a poco, y eso significa obtener las cosas de la forma más fácil, cómoda e inmediata, pero esto no puede definir nuestra relación con Dios.
II) NECESITAMOS TENER PRIORIDADES BIEN DEFINIDAS (LUCAS 9:59-60) Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
Para poder aceptar el llamado del Señor en nuestra vida para seguirle y para servirle tenemos que comprender que nuestro Dios debe ser lo primero o lo más importante en nuestra vida.
Cuando hablamos de prioridades nos estamos refiriendo a aquello que es más importante en nuestras vidas, para un cristiano lo más importante en su vida debería de ser agradar a Dios, hacer su voluntad, buscar lo espiritual, es decir nuestra comunión con el Señor.
Muchos de nosotros decimos que Dios es lo más importante en nuestra vida, pero la realidad de esas palabras solamente puede ser medida por el tiempo que invertimos en las cosas de Dios, en comparación con el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos.
FRASE: Cuando las prioridades están claras, las decisiones se hacen fáciles.
FRASE: Para cambiar tu vida necesitas cambiar tus prioridades.
III) NECESITAMOS SER PERSEVERANTES (LUCAS 9: 61-62) entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Tenemos que comprender que la clave en la vida cristiana no solamente se trata de comenzar a caminar, o de comenzar a servirle, sino de mantenernos haciéndolo pase lo que pase, a pesar de las críticas, a pesar de las dificultades, a pesar de las debilidades y errores de nuestros prójimos.
Ser perseverantes y constantes significa no volver atrás, no rendirnos en el camino del Señor ni en el ministerio en el cual le servimos y para eso necesitamos poner nuestra mirada en Jesús, no en las debilidades y pecados de nuestros hermanos, ni en las circunstancias, ni en lo atractivo que puedan parecer los caminos del mundo sino en Señor, en sus bendiciones y en sus galardones para nuestra vIidas.