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La confianza en Dios

Muchos andamos confundidos, no sabemos en quien confiar, ya no tenemos confianza en el amigo porque nos ha fallado, todos en la vida nos han fallado…

Me acuerdo una vez que solicité un préstamo grande de varios miles de dólares y mi fiadora, era una hermana mía que estaba en una posición muy alta, y me dijo que no te preocupara que aunque no lo pudiera pagar ella lo haría pues solo era dinero. Solo me preguntó ¿no te da miedo? Ya le dije que no porque estaba ganando bien en el negocio y además confiaba en ella.

Pero vino el día malo, el negocio se vino para abajo y ya no pude pagar las cuotas, todo se vino al suelo, y mi fiadora, mi hermana, que me había dicho que no preocupara, cuando se dio cuenta me salió furiosa, me habló con una gran prepotencia, me dijo hasta de lo que iba a morir, yo sentí que la tierra se me abría bajo mis pies.

Por eso yo pregunto ahora:

¿En quién debe de estar puesta nuestra confianza?

Miren, en la vida todo nos va a fallar, solo hay alguien que nunca nos falla, y ese es nuestro bendito y amado Señor Jesucristo.

Pero muchas veces cuando estamos en angustia creemos que Dios no escucha nuestro clamor.

Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración. Salmos 4:1

Pero David si sabía en quien confiar, él siempre confió en Jehová,  Pero el problema es que muchas veces los afanes de la vida, que son muchos, nos apartan de una comunicación íntima con el Señor. Este es el caso de David, sabemos que él fue un hombre que le falló muchas veces a Dios, todos conocemos sus errores, tenemos el caso de Betsabé, pero David tuvo una gracia, y es, que fue un pecador penitente, él siempre se arrepentía de su pecado y le pedía perdón a Dios. Y nunca dejó de confiar en la misericordia de su Señor.

¿Qué nos está diciendo el rey David en este versículo?  Veamos:

“Respóndeme cuando clamo”, pero ¿por qué? (exegetar el versículo) Le está reclamando a Dios que le responda, David tenía mucha confianza en Él.

“Oh Dios de mi justicia” David sabía bien que Dios es justo

“Cuando estaba en angustia” Le recuerda casas anteriores

“Tú me hiciste ensanchar” Dios lo había escuchado y prosperado.

“Ten misericordia de mí” Está implorando misericordia. ¿Qué tenemos que hacer nosotros?

“Oye mi oración” Lo mismo implorarle a Dios que oiga nuestra oración.

¿Por qué le pide que tenga misericordia de él y que oiga su oración?

Porque, como vemos en el Salmo, tenía enemigos que procuraban hacerle daño.Y Dios no lo estaba escuchando, por eso le dice “respóndeme cuando clamo”

Pero esta es una actitud de alguien que confía. Pero que está en desesperación en ese momento. Por eso le reclama a Dios que oiga su oración

Esta es una de las partes que más me gustan del rey David, su confianza plena en Dios, él era un hombre bien convencido que Dios es un Dios de perdón, lleno de misericordia. Por eso le dice: “Ten misericordia de mí, y oye mi oración” Esto es algo que muchos de nosotros olvidamos o no creemos. O si lo creemos no lo practicamos.

¿Por qué David se encuentra tan desesperado?

Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah. Salmos 4:2

Porque todos los que le rodeaban le habían fallado.

Cuando dice: “Hijos de los hombres” Era la gente que le rodeaba

¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia…” Lo estaban difamando

y buscaréis la mentira? Habían maquinado contra él.

Eran personas que lo estaban martirizando, haciéndole sufrir. Lo habían calumniado, habían mentido, como sucede también en nuestro tiempo, la gente nos va a fallar muchas veces.

Que buscaban la mentira.

Esta es la clase de personas que nos hacen la vida imposible, nos hacen caer en la tentación, en el oprobio. Por su maldad nos hacen sufrir. Algunas veces somos nosotros, usted y yo, que hacemos sufrir a otros, por nuestra maldad, por la dureza de nuestros corazones.

Pero David confiaba en Dios y nos da una tremenda lección.

Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare. Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová. Salmo 4:3-5

Nosotros debemos de estar conscientes que:

“Que Jehová ha escogido al piadoso para sí”

Que “Jehová oirá cuando yo a él clamare”

Que temblemos, no de miedo, sino con fervor para no caer en el pecado

Que meditemos en nuestros corazones, especialmente en la Palabra de Dios. Al acostarnos y en todo momento que tengamos tiempo de hacerlo

Y que callemos. No tenemos porqué reclamar, siempre la culpa es nuestra no de Dios.

Que ofrezcamos sacrificios de justicia, no al estilo del Antiguo Testamento, sino que demos frutos dignos de arrepentimiento.

Pero especialmente que CONFIEMOS EN JEHOVÁ

El resto del Salmo nos demuestra claramente en quien debemos de poner nuestra confianza, cuando dice: “¿Quién nos mostrará el bien?, sino Jehová quien alza su luz.” Cuando habla de la luz de su rostro, nos está hablando de que levantaría a nuestro Señor Jesucristo: Juan 1:9 “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.”

Si amigo que lee este mensaje, solo teniendo a Cristo como el Señor de nuestras vidas, podemos tener alegría en nuestros corazones. Y como dice el Salmo:

“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” (Salmo 4:8). 

Si usted todavía no ha recibido al Señor Jesucristo como su Salvador, este es el momento que tome la decisión. Para esto solo tiene que creer de todo corazón que Jesús es el Señor e invitarlo a que entre a morar en su corazón. Que Dios lo bendiga.

Fuente:
Alberto Vega

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