“Ten piedad de mí”: En este salmo, David pide misericordia a Dios por todos los pecados que él había cometido, y en esta frase, David pide piedad. David ya no se justifica, ya no intenta excusarse delante de Dios. Él ahora lo único que quiere es piedad, misericordia.
OCULTAMOS NUESTROS PECADOS: PECADO CONFESADO
Muchas veces nosotros actuamos como David, ocultamos nuestros pecados. Tal vez por vergüenza o simplemente porque no queremos admitir que lo que hicimos está mal. O muchas veces llegamos delante de la presencia de Dios a justificarnos, a poner excusas del por qué hicimos eso.
Pero Dios no quiere excusas. Dios no quiere que culpemos a los demás o incluso culpar al enemigo. Porque claro, él nos pone la tentación, pero él a nadie obliga a hacer algo que no quiere. Dios no quiere excusas, Él quiere que hagamos lo que hizo David. David no vino con más excusas, él solo vino a pedir piedad, misericordia.
PECADO CONFESADO: “BORRA MIS REBELIONES”
Muchas veces cuando le fallamos a Dios cargamos con una culpa enorme y tememos a Dios porque sabemos que lo que hemos hecho no es de agrado para Él. Y la culpa nos pesa, la conciencia nos pesa.
Nos repite que hemos fallado a la persona que más nos ama, que pagó un precio tan grande por nuestra alma sin pedir nada a cambio. Y queremos que Él borre nuestras rebeliones, que borre nuestros pecados porque ya no podemos más. Necesitamos sentir Su perdón.
LÁVAME MÁS Y MÁS DE MI MALDAD: PECADO CONFESADO
La palabra que Dios le dio a David a través del profeta Natán hizo que David se mirara espiritualmente y viera lo sucio que estaba. ¿Cuánto tiempo habrá pasado David viviendo así sin darse cuenta de lo sucio que estaba? Tal vez meses, años. Y ahora suplicaba que Dios lo limpiara.
“Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.” (versículos 3-4)
EL PECADO CONFESADO: PORQUE YO RECONOZCO MIS REBELIONES
David reconocía sus rebeliones y él sabía que no solo era una sino que eran más.
Mi Pecado Está Siempre Delante De Mí
Entre el tiempo en que David cometió pecado y el tiempo donde lo confesó, él siempre vivió sabiendo que lo que hizo estuvo mal. Él sabía que había hecho todo lo posible por ignorarlo y negarlo. Pero ese pecado, esa culpa, siempre estuvo delante de él. Lo que a David le molestaba era su pecado, y eso es algo muy bueno. Porque muchos nos lamentamos por las consecuencias de haber pecado, pero pocos son los que se lamentan por el pecado mismo.
EL PECADO CONFESADO: “MI PECADO”
Y volvemos a lo mismo, David no culpó a nadie; él se hizo responsable de lo que hizo sabiendo que el único culpable era él.
“y he hecho lo malo delante de tus ojos”:David se dio cuenta de que Dios estuvo ahí en todas esas veces que él pecó. Supo que Dios estaba ahí mirando.
“Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio”
La confesión de pecado de David no era sólo para liberarse de la gran carga de su pecado y culpa. Además, David hacía esto para glorificar a Dios. Al reconocer su pecado, David buscaba ratificar la justicia y la santidad del carácter de Dios, evidenciando que Sus mandamientos eran buenos y justos, incluso cuando David los transgredió.
Llegando al fin, quiero recalcar que Dios no quiere que vayamos a Él intentando justificarnos, o que intentemos culpar a otros. Él quiere que seamos sinceros porque Él ya lo sabe. Dios ya sabe el porqué del pecado.
Lo que Él quiere es que abramos los ojos y nos demos cuenta del error que cometimos. Y que, al igual que como hizo David, podamos reconocer el pecado y pedir perdón, pedir piedad. Muchas veces somos como David, que intentamos esconder nuestro pecado, pero hay que recordar que a Dios no le podemos ocultar nada.
Hace poco escuché a alguien decir que existen 3 tipos de pecadores. El pecador que, cuando peca, sabe su error. Sabe que se equivocó, pero también sabe que no quiere quedarse en el error. Quiere volver a intentarlo; quiere que Dios lo levante nuevamente, que lo limpie. Porque como dice la palabra de Dios: “7 veces cae el justo y siete veces Él lo levanta” (Proverbios 24:16).
El pecador que, cuando peca, se aleja de Dios, de la iglesia, porque siente que la culpa es tanta que ya no puede más.
El pecador que peca, pero sigue viviendo igual que como lo hacía, se congrega, canta, habla de Dios e intenta vivir cegado como si nada hubiera pasado, igual que como lo hizo David.
Espero que todos podamos ser la opción 1, y sé que cuesta seguir adelante porque uno sabe que le falló a Dios, que le hizo doler su corazón, que le faltó a su confianza. Pero hoy quiero recordarles que cuando Jesús entregó Su vida en aquella cruz, no fue solo por el pecado de ayer, fue por el pecado de ayer, de hoy y el mañana.
La gracia de Dios es grande y Su palabra dice que Él renueva su misericordia cada mañana. Solo tenemos que ser sinceros y arrepentirnos verdaderamente y de todo corazón.”