Principal

La Bendición de Honrar a Dios con Nuestros Bienes

TEXTO: PROVERBIOS 3:9-10 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.

Seguramente todos queremos que las palabras del versículo 10 sean una realidad en nuestra vida: LLENOS, ABUNDANCIA, REBOSAR.

Pues lastimosamente para muchos cristianos las palabras que definen cómo fue su año 2024 fueron: ESCASEZ, NECESIDAD, LIMITADO.

Pero tenemos que comprender que no podemos verdaderamente disfrutar de las bendiciones prometidas en ese versículo si pasamos por alto LA GARANTÍA de que esa promesa se hará realidad en nuestra vida, y esa garantía la encontramos en el versículo 9 “Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos”;

¿QUE ES UNA GARANTÍA?: Una garantía es UN COMPROMISO que ofrece seguridad, confianza o respaldo. En el caso de la promesa que encontramos en estos textos la garantía, es decir el compromiso, viene de Dios, y ÉL ES FIEL DIOS NO MIENTE Y NUNCA DEJA PROMESAS SIN CUMPLIR.

PERO RESPONDAMOS UNA PREGUNTA MUY IMPORTANTE: ¿QUÉ SON LAS PRIMICIAS?

Bíblicamente hablando la palabra primicia tiene dos significados muy importantes en el hebreo:

BIKKURIM: Lo primero, lo que madura más temprano de la fruta.

REHITH: Lo más escogido, es decir lo mejor.

Es decir que cada uno de nosotros debemos de comprender que A NUESTRO DIOS DEBEMOS DARLE LO PRIMERO es decir no lo que nos sobra, y debemos DARLE LO MEJOR, lo que hemos escogido especialmente para honrarlo a él.

El padre celestial y nuestro Señor Jesucristo nos dieron el mejor ejemplo de lo que nosotros debemos dar de nuestra vida para Dios.

El padre celestial nos dio no el primogénito sino el unigénito, el único y lo mejor que él tiene: Su Hijo (Juan 3:16) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Nuestro Señor Jesucristo dio lo mejor que él podía ofrecer, dio la mejor ofrenda que se puede dar: Su propia vida (Efesios 5:2) Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

Lo que Dios ya dio por nosotros por amor y por misericordia nos debe llevar a dar lo mejor de nuestra vida, a dar lo primero para nuestro Dios

PARA QUE ESA GARANTÍA SE HAGA REALIDAD EN NUESTRA VIDA LA PALABRA DE DIOS NOS DA ALGUNOS PRINCIPIOS MUY IMPORTANTES:

I) PRIMER PRINCIPIO: NO DEBEMOS DARLE A DIOS LO QUE NOS CUESTE NADA
(2 SAMUEL 24:20-25) y Arauna miró, y vio al rey y a sus siervos que venían hacia él. Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante del rey, rostro a tierra. 21 Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar un altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo. 22 Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para leña. 23 Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio. 24 Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. 25 Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.

En esta historia podemos ver como David para ofrecer holocaustos para que la mortandad se detuviera tomó la decisión de levantar un altar en la tierra que era propiedad de Arauna, y él le dijo al rey que le daría TODO, que le daría lo que necesitará para levantar el altar.

Pero David dijo algo que es muy importante que también nosotros lo comprendamos y lo apliquemos en nuestra vida cristiana: NO OFRECERÉ A DIOS ALGO QUE NO ME CUESTE NADA.

Y tenemos que comprender que muchos cristianos estamos dispuestos a darle a Dios todo aquello que no tenga que ver con nuestras finanzas, y podemos ver que hay personas en las iglesias que no tienen problema con servir, con ganar almas, con congregarse con constancia, pero NO ESTÁN DISPUESTOS A TOMAR DE SUS FINANZAS PARA APOYAR LA OBRA DE DIOS.

Es por eso que los diezmos y las ofrendas simbolizan darle a Dios LO PRIMERO Y LO MEJOR, es decir, lo que más cuesta, lo que no es fácil, lo que muchos no están dispuestos a dar y por eso traen bendición a nuestra vida.

II) SEGUNDO PRINCIPIO: DIOS SIEMPRE LE DARÁ SEMILLA AL QUE SIEMBRA PARA QUE SIGA SEMBRANDO Y COSECHANDO BENDICIONES
(2 CORINTIOS 6:9-11) Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Tenemos que tener muy claro en nuestra vida: OFRENDAR Y DIEZMAR son una siembra para las cosechas de bendición en nuestra vida.

NO PODEMOS ESPERAR COSECHAS SI NO SEMBRAMOS: El texto nos dice que el que siembra abundantemente también abundantemente cosechará, y el que siembra escasamente también escasamente cosechará, pero el que no siembra nada, ¿Que cosecha puede esperar?

Es por eso que el Señor nos da un principio espiritual muy importante: (Vs 10-11) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. DIOS LE DA SEMILLA AL QUE SIEMBRA para que sea enriquecido con las cosechas de bendición.

Si queremos tener siempre buenas cosechas de bendición, NO DEJEMOS DE SEMBRAR para tener siempre semilla de bendición en nuestra vida.

III) TERCER PRINCIPIO: HONRAR A DIOS POR MEDIO DE NUESTROS PASTORES TRAE BENDICIÓN
(1 JUAN 4:20) Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?.

Este es un principio muy importante, ¿Cómo podemos decir que amamos a Dios o que honramos a Dios a quien no lo vemos y menospreciar a nuestros pastores que vemos todos los días en nuestras iglesias?

La palabra de Dios nos declara algo muy importante:

(Gálatas 6:6) El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

(1 Timoteo 5:17) Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.

La palabra de Dios nos dice que cada uno de nosotros que somos instruidos en la palabra de Dios por nuestros pastores, que somos bendecidos por sus predicaciones, por sus consejos, por su ministerio, debemos tener el sincero deseo de honrarles con TODA COSA BUENA.

La palabra de Dios nos dice que los pastores que nos predican y enseñan tiene que ser tenidos por DIGNOS DE DOBLE HONOR porque son siervos de Dios que han puesto su vida para servirnos a cada uno de nosotros con amor.

Lastimosamente en las iglesias muchos cristianos decimos honrar a Dios pero menospreciamos a nuestros pastores, y se vuelve realidad las palabras que el apóstol Pablo con mucho dolor escribió a la iglesia de Corinto: (2 Corintios 12:15) Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aún yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.

Pero hoy es un buen momento para cambiar eso en nuestra vida, TOMEMOS HOY LA DECISIÓN DE HONRAR A NUESTROS PASTORES Y SUS FAMILIAS CON AMOR Y CON DADIVOSIDAD.

CONCLUSIÓN: La garantía de las bendiciones en nuestra vida no radica únicamente en las promesas, sino en nuestro compromiso de honrar a Dios con lo primero y lo mejor que tenemos. Esto implica darle no solo lo que nos sobra, sino lo que realmente tiene valor para nosotros. Al aplicar los principios bíblicos de dar con generosidad, sembrar constantemente, y honrar a quienes nos enseñan la Palabra, activamos el cumplimiento de las promesas de abundancia y provisión divina. Recordemos que Dios siempre proveerá semilla al sembrador y que, al actuar con gratitud y fe, nuestras vidas rebosarán de bendiciones para la gloria de Su nombre.

Fuente:
PASTOR OSCAR FLORES | EL SALVADOR

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba