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La batalla que enfrentamos está en sus manos

…No teman, ni se acobarden delante de esta gran multitud, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios. 2 crónicas 20:15

Muchas veces Dios nos mueve en una dirección opuesta a la lógica, al sentido común o a lo que normalmente se hace, y es entonces cuando necesitamos la sabiduría y el consejo de Dios para poder discernir cuál es su voluntad para nosotros en medio de la batalla. Este es un tiempo en el que escuchar la voz de Dios es crucial para estar en el lugar y momento correcto, peleando la batalla de manera correcta. Esta es una palabra de Elaine Tavolacci que hoy nos llena de ánimo. ¡NO TEMAN! No importa que digan las noticias, o los pronósticos sobre la economía y la salud, alaben, adoren y exalten al Dador de su tierra prometida, porque su Redentor vive.

“Hay una historia en el libro de 2 Crónicas capítulo 20 sobre un Rey de Judá llamado Josafat. Recibió un informe de que había un ejército que venía a librar una guerra contra él. Cuando él y el pueblo de Judá y Jerusalén vinieron ante el Señor, él rey dijo: “En Tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte”. El rey Josafat le recordó al Señor y dijo: “¿No fuiste Tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra delante de Tu pueblo Israel, y la diste para siempre a la descendencia de Tu amigo Abraham? Y han habitado en ella, y allí te han edificado un santuario a Tu nombre, diciendo: “Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de Ti (porque Tu nombre está en esta casa), y clamaremos a Ti en nuestra angustia, y Tú oirás y nos salvarás”. 2 crónicas 20:7-9”

“El Espíritu Santo me está mostrando que muchos de ustedes están traumatizados por la pandemia del coronavirus. El miedo se ha apoderado de sus corazones y se están centrando en esta intrusión demoníaca en lugar de centrarse en Jesús, que es el Rey de Reyes y Señor de Señores. Aunque creen en su corazón que Jesús es capaz de erradicar este virus, están llorando de la misma manera que el Rey Josafat que no sabía qué hacer cuando vio a los ejércitos del enemigo levantarse contra ellos. En lo natural, esta pandemia parece imposible de controlar, pero el Señor creó los cielos y la tierra y creo que cuando este virus desaparezca, experimentaremos un avivamiento masivo en todo el mundo”.

“El rey Josafat sabía que no podía ganar esta batalla en sus propias fuerzas. Cuando este vasto ejército venía a destruirlos, le preguntó al Señor a través de la oración y el Señor respondió. El Espíritu del Señor vino sobre Jahaziel y él profetizó; “Presten atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así les dice el Señor: “No teman, ni se acobarden delante de esta gran multitud, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios. Desciendan mañana contra ellos; pues ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallarán en el extremo del valle, frente al desierto de Jezreel. No necesitan pelear en esta batalla; tomen sus puestos y estén quietos, y vean la salvación del Señor con ustedes, oh Judá y Jerusalén”. No teman ni se acobarden; salgan mañana al encuentro de ellos porque el Señor está con ustedes. (2 Crónicas 20:15-17)”

“La escritura continúa diciendo, a la mañana siguiente, Josafat le dijo al pueblo: “Óiganme, Judá y habitantes de Jerusalén, confíen en el Señor su Dios, y estarán seguros. Confíen en Sus profetas y triunfarán”. Después de consultar con el pueblo, designó a algunos que cantaran al Señor y a algunos que le alabaran en vestiduras santas, conforme salían delante del ejército y que dijeran: “Den gracias al Señor, porque para siempre es Su misericordia”. Cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el Señor puso emboscadas contra los amonitas, los moabitas y los del monte Se ir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados. (2 Crónicas 20:20-22)”

“Cuando Josafat y su gente vinieron a llevarse el botín, encontraron entre ellos una gran cantidad de objetos de valor entre los cadáveres, joyas preciosas, que tomaron para sí mismos, más de lo que podían llevarse; y estuvieron tres días recogiendo el botín porque había mucho. El temor de Dios cayó sobre todos los reinos de esos países cuando escucharon que el Señor había luchado contra los enemigos de Israel.

El Señor dice: “No tengan miedo, sino confíen en Mí a través de todo esto. Mientras lo hacen, también verán a sus enemigos derrotados. Los poderes de la oscuridad no los alcanzarán, y esta enfermedad que amenaza su vida no se las quitará. Las situaciones financieras que enfrentan no los agobiarán. Si confías en Mí, saldrán victoriosos por todos lados. Recuperarán el territorio que les ha sido robado, ya que confían en Mí. No hay necesidad de luchar en lo natural, sino permítanme luchar por ustedes mientras levantan su voz en alabanza. Yo Soy el Dios de la restauración y restauraré todo lo que les han robado. Mientras traen sus peticiones y se mantienen firmes, también experimentarán Mi victoria y liberación, dice el Señor”.

2 crónicas 20:27-30 Y todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat al frente de ellos, regresaron a Jerusalén con alegría, porque el Señor les había hecho regocijarse sobre sus enemigos. Entraron en Jerusalén, en la casa del Señor, con arpas, liras y trompetas. Y vino el terror de Dios sobre todos los reinos de aquellas tierras cuando oyeron que el Señor había peleado contra los enemigos de Israel. El reino de Josafat estuvo en paz, porque su Dios le dio tranquilidad por todas partes.

OREMOS:

Señor, anhelo Tu salvación, tu refrigerio y tu incremento. Lo confieso, me ha detenido el miedo a lo que se avecina. No quiero vivir una vida regida llena de temor por las circunstancias que me rodean. No quiero encontrar las respuestas en las personas o lo que el mundo me ofrece. No quiero estar limitado por las voces negativas. No quiero estar satisfecho con placeres superficiales temporales. Y no quiero asfixiarme con la ansiedad por el mañana. Más bien, deseo buscar Tu rostro y conocerte íntimamente. Para escuchar Tu voz y meditar en Tu Palabra. Quiero que en la intimidad me reveles Tus estrategias para mi futuro.

Entonces, Señor, me arrepiento por no reconocer que Tu eres Mi soberano Señor. por mi falta de confianza en ti, por mi falta de fe en que nada me dañará y mi incapacidad para creer que deseas prosperarme. Me arrepiento por no rendirme a Ti completamente y rechazo las opiniones de los detractores y los pronósticos sombríos a mi alrededor. Me niego a asociarme con las malas noticias y elijo alinearme con Tus promesas. Descanso en Tu presencia, Mi alma estará tranquila gracias a Tu amor, tu sabiduría y tu poder sobrenatural sobre mi. Cúbreme con tu asombrosa gracia, rodéame con tu favor porque en Ti pongo mi esperanza. Amén.

Con amor y oraciones,

Fuente:
Magie de Cano

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