
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” (Lamentaciones 3-22-23)
Cada amanecer nos recuerda que la fidelidad de Dios no tiene fin. Aunque ayer haya traído lágrimas, dificultades o pérdidas, hoy podemos recibir Su misericordia renovada. La Palabra nos asegura que cada mañana es una oportunidad para experimentar Su amor y gracia de una manera nueva y fresca.
El sol que nace no solo ilumina la tierra, sino también nuestro corazón, recordándonos que Dios transforma nuestras noches de tristeza en días de esperanza y gozo. Su misericordia nunca se agota, y Su favor nos acompaña aunque los problemas parezcan interminables.
Hoy, deja que este nuevo amanecer llene tu alma de paz y alegría. Confía en Su fidelidad, porque Él es quien convierte el dolor en enseñanza, la pérdida en esperanza y la tristeza en gozo verdadero. Cada día es una oportunidad para caminar bajo Su luz y experimentar la alegría que solo Él puede dar. Gracias y Paz.