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Jesús y el divorcio

MATEO 5:31-32 También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. 32 pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

Este día continuamos estudiando las enseñanzas dadas por nuestro Señor Jesucristo en el Sermón del Monte, y hoy estudiaremos un tema que tiene que ver grandemente con la sociedad actual: Jesús y el divorcio.

Primeramente, tenemos que reconocer que el ideal de Dios para las parejas que se unen en matrimonio es que no se divorcien, sino que el matrimonio sea para toda la vida.

La palabra de Dios nos declara que cuando un hombre y una mujer se unen en matrimonio dejan de ser dos y se convierten delante del Señor en una sola carne (Génesis 2:24) Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.  

La palabra de Dios nos declara que la relación matrimonial no debe ser rota por el hombre pues han sido unidos por el Señor (Mateo 19:6) Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

La palabra de Dios nos declara que la unión matrimonial es una relación que debe mantenerse hasta la muerte de alguno de los cónyuges (Romanos 7:2) Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.

También tenemos que saber que para nuestro Dios el divorcio o repudio es algo que no le agrada y eso lo ha dejado expresado en su palabra (Malaquías 2:15-16) ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. 16 porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

Pero tenemos que saber que en la ley Moisés dejó establecida la opción para que un hombre pudiera divorciarse o repudiar a su esposa si encontraba en ella alguna cosa indecente (Deuteronomio 24:1) Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. 2 Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.

Nuestro Señor Jesucristo dejó claro que Moisés dio la opción de dar carta de divorcio por causa de la dureza del corazón de las personas y que esa opción no era lo que Dios quería desde el principio para el matrimonio (Mateo 19:3-8) Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? 4 él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, ¿y los dos serán una sola carne? 6 así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 7 le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.

ANÁLISIS DEL TEXTO DEL SERMÓN DEL MONTE SOBRE JESÚS Y EL DIVORCIO (MATEO 5:31-32) También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. 32 pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

Después de haber visto el contexto bíblico sobre el tema del divorcio o el repudio podemos analizar lo que nuestro Señor Jesucristo nos enseñó en estos textos que hemos leído.

Primeramente tenemos que saber que en el tiempo de Jesús los maestros de la ley habían hecho su propia interpretación sobre el texto de Deuteronomio 24:1 en el cual dice que le podía dar carta de divorcio si encontraba en la esposa alguna cosa indecente, y algunos de esos rabinos afirmaban que “Alguna cosa indecente” podía ser hasta que la esposa no cocinara bien, que no hiciera bien los quehaceres del hogar, o hasta que a ella se le quemara la comida y algunos intérpretes más liberales llegaban a interpretar diciendo que el hombre podía darle carta de divorcio a su esposa si encontraba una que cocinara mejor o que fuera más hermosa que ella.

Pero nuestro Señor Jesucristo vuelve a tomar las palabras “Pero yo os digo” es decir que él iba a darle el verdadero sentido de lo que la ley decía sobre el divorcio y dejó bien claro que no podían darle carta de divorcio o repudiar a su esposa por cualquier causa sino solamente por causa de FORNICACIÓN.

Muchas veces interpretamos ese texto diciendo que la única forma para que el hombre le diera carta de divorcio era que la mujer hubiera cometido algún tipo de fornicación o inmoralidad sexual, pero los judío también tenían una ley sobre eso (Deuteronomio 22:20-22) Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, 21 entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti. 22 Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.

La ley de Moisés no mandaba a dar carta de divorcio a las mujeres que cometían fornicación o adulterio, sino que la ley ordenaba que tenían que morir ambos, el hombre y la mujer que cometían ese pecado.

En este caso podemos tomar una interpretación apegada a la enseñanza del Nuevo Testamento, entonces ¿Cuál puede ser la interpretación de las palabras de Jesús de dar carta de repudio o divorcio solamente por causa de fornicación? Veamos lo que nos enseña la palabra de Dios en el Nuevo Testamento: (1 Corintios 7:1-3) En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; 2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 3 el marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.

Podemos ver que uno de los objetivos del matrimonio es tener una persona, esposa o esposo, que nos complemente, que nos haga sentir satisfechos, felices y amados, y que no corramos el riesgo de caer en fornicación, es decir inmoralidades sexuales de cualquier tipo.

En ese sentido podríamos decir que lo que Jesús nos quiso enseñar era que si estamos en una relación de matrimonio en la cual ambos cumplen el deber conyugal, y hay una relación de amor, respeto mutuo, y nos sentimos satisfechos, felices y amados, ¿Por qué vamos a romper esa relación por un capricho tonto o por un momento de enojo? Para las situaciones de conflicto en matrimonios buenos y estables lo que la palabra del Señor nos recomienda es un tiempo de separación para reflexionar, para orar y buscar la reconciliación a través del perdón (1 Corintios 7:10-11) Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.

Pero en los casos en los cuales no se cumple el deber conyugal, por egoísmo, por falta de amor, por relaciones en las cuales hay falta de respeto, vicios, maltratos, y ninguno de los dos se siente satisfecho, ni feliz, ni amado, y eso puede llegar a ser causa de fornicación de alguno de los dos, lo mejor es hacer lo que nuestro Señor Jesucristo dijo: Por causa de fornicación dele carta de divorcio, para que cada quien pueda tener la oportunidad de comenzar una relación de verdadero matrimonio.

Si alguien por capricho, por enojo, por soberbia, rompe un buen matrimonio, no por causa de fornicación, entonces se cumple lo que nuestro Señor Jesucristo dijo (Mateo 5:32) Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. Ya que ese vínculo matrimonial no está roto ante Dios, pues eran un matrimonio que lo que tenían que hacer era buscar la reconciliación no el divorcio.

Fuente:
Pastor Oscar Flores |EL SALVADOR

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