Jesucristo no solamente es el primogénito, el principal de toda la creación, no sólo es el Creador de todo lo existente sea visible o invisible, no sólo es el Sustentador de todo lo creado, no solamente es la cabeza de la Iglesia, no solamente es la cabeza del cuerpo y el primogénito de todos los muertos sino que también es el Reconciliador de toda la creación.
Dice el apóstol Pablo en Colosenses capítulo 1 versículo 19 que: «Al Padre le agradó que en Jesús habitase toda plenitud» es decir toda belleza, toda perfección, que Jesucristo como que expresara y resumiera toda la belleza, todo lo bueno que existe en la creación. Y entonces dice que: «No solamente eso sino que al Padre le agradó que Jesucristo también fuera el medio. Por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos haciendo la paz mediante la sangre de Su cruz.»
Aquí el apóstol Pablo está refiriéndose a otra función muy importante y fundamental de la persona de Jesús, es que Jesucristo reconcilia todas las cosas. Y para entender esta palabra y este concepto de reconciliación tenemos creo que ir a los comienzos mismos de la raza humana cuando Adán y Eva ofende a Dios y desobedecen a Dios, y entonces como consecuencia de esto se desata en el universo una dinámica de conflicto y de división donde ya el hombre y su Creador está divididos, están en guerra.
Donde el hombre y la mujer que antes habitaban en perfecta armonía ahora también están en guerra. La mujer conspira contra el hombre, el hombre oprime a la mujer. No solamente eso sino que el hombre y la naturaleza, la tierra entran también en guerra, en conflicto donde la naturaleza que antes le daba al hombre su fruto en una forma natural, espontánea, sin sufrimiento dice Dios que ahora el hombre tendrá que arrancarle a la tierra su fruto, tendrá que ararla, tendrá que trabajar con sudor de su frente y sufrimiento para poder extraerle a la tierra sus frutos.
Y no solamente eso sino que también dice que el hombre va a estar dividido consigo mismo. El hombre entonces está en guerra, está enajenado, está alienado de sí mismo. Su mente le dice una cosa, su espíritu le dice otra, su cuerpo le dice otra, los hombres están en guerra unos con los otros. Es como que cuando llegó el pecado a la creación todo se salió de su eje y en vez de trabajar en unidad y en armonía como Dios lo había determinado con el pecado que entra al mundo toda la creación se desajusta y todos los elementos que la componen entran en guerra unos con los otros.
Dios expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones para guardar el camino del árbol de la vida. Génesis 3:24
Y entonces Jesucristo aparece como un elemento que vuelve a reconciliar todas estas cosas y a poner en armonía. Sabemos que esa armonización total y definitiva de la creación no se dará hasta que llegue la consumación de los tiempos y el Señor pueda unificarlo todo donde toda rodilla se doble ante Jesucristo, toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor. Ahora estamos en un período intermedio donde la muerte de Jesús, Su obra aquí en la Tierra y Su Iglesia trabajando en la historia están trabajando. El Reino de los cielos está avanzando tratando de poner todo esto en orden ¿no?. Hay una lucha entre las fuerzas del mal, las fuerzas del bien, el Reino de Dios, el reino de las tinieblas.
Pero esa lucha se está dando precisamente para poner orden al universo. Llegará un día dice la Biblia en que entonces el Señor le entregará al Padre todas las cosas y se las entregará para ya que todo esté en armonía. Fíjese lo que dice en Primera de Corintios capítulo 15 donde dice que: «Todos en cierto orden serán resucitados cada uno en su debido orden» 15:23 Primera de Corintios «Cristo las primicias, luego los que son de Cristo en Su Venida, luego el fin cuando entregue el Reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido» es decir controlado, conquistado «Porque es preciso que Él reine hasta que haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies.
Entonces dice: «Luego que todas las cosas estén sujetas entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a Él todas las cosas para que Dios sea todo en todos.» Está refiriéndose a un tiempo en que el Hijo sujetará todo. Ya la muerte estará sujeta, la vida estará sujeta, la creación, los hombres, los gobiernos, todos los elementos de la historia se sujetarán al Padre y entonces cuando el Hijo haya completado ese proceso de sujetarlo todo, todo lo que está en conflicto, todo lo que se rebela contra el Hijo de Dios entonces Él tomará todo eso como un manojo de orden y se lo entregará al Padre diciendo: Padre he completado lo que Tú me dijiste y ahora dice entonces que el Hijo reconocerá en una forma formal el Señorío del Padre y no habrá nada entonces que cuestione, no habrá nada en guerra con Dios o consigo mismo y entonces el mundo el de la creación que espera dice el apóstol Pablo ese día de su liberación entrará en el orden de Dios.
¿Entiende usted entonces por qué Pablo está diciendo que Dios quiso por medio de Él reconciliar todas las cosas? cuando Cristo muere en la cruz está como desatando ahora un principio de orden, de reconciliación. Todos estos elementos que fueron puestos en conflicto por el pecado ahora comienzan a alinearse unos con otros y la creación vuelve entonces a su centro y a su orden original. Eso es lo que está pasando ahora mismo en el universo, todavía eso no se ha dado completamente pero nosotros sabemos que un día se dará.
Anhelamos cielos nuevos, tierra nueva, un estado de la creación donde no haya más muerte, más guerras, más pobreza, más opresión, más desorden y violencia y los gobiernos se sujeten a Jesucristo y al Padre. Ese es el orden que Cristo hace posible y es lo que Cristo hace en nuestros corazones también de unificarnos a nosotros mismos con Dios y con nosotros mismos, con Dios y con nosotros mismos y con Él cuando lo recibimos a Él como Salvador. Qué maravillosa función la función reconciliadora de Jesucristo. Dios les bendiga.
Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud (de la Deidad), y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos.
Colosenses 1:19