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Jesús no vino a Condenar

Miró el Señor desde su altísimo santuario; contempló la tierra desde el cielo, para oír los lamentos de los cautivos y liberar a los condenados a muerte; para proclamar en Sión el nombre del Señor y anunciar en Jerusalén su alabanza, cuando todos los pueblos y los reinos se reúnan para adorar al Señor. Salmos 102:19-22

El Señor continúa haciendo un trabajo profundo en el corazón de Su Novia, librándola completamente de cualquier enredo y ataduras malsanas, para que pueda caminar hacia esta dinámica y nueva temporada. Ella estará completamente libre de cualquier cosa que trate de detenerla. La palabra LIBERAR en este pasaje es el vocablo hebreo “pathach” que quiere decir “abrir de par en par, aflojar, poner en libertad, desatar, quitar los grilletes o liberar”.  Por la obra de Jesús somos salvos, libres y sanos (usualmente en ese orden). Todos, incluidos los cristianos, necesitamos liberación y volverá un énfasis en el ministerio de liberación en el Cuerpo de Cristo. Jesús fue ungido por el Espíritu Santo para sanar a los quebrantados de corazón y liberar a los cautivos (Lucas 4:18). Demasiados cristianos sufren año tras año la persistencia de las artimañas demoníacas y no pueden servir a Jesús victoriosamente, aunque son salvos.

Amados, el corazón del Padre está apasionado por nuestra liberación. Incluso ahora, el Espíritu Santo está enfocado en traer una nueva libertad a nuestras vidas, ya sea que esa liberación se manifieste en una mayor pureza, un poder más confiado o una intimidad más profunda con Cristo, una liberación espiritual está llegando. Sí, Cristo entra en nuestras vidas como Señor y Rey, pero nunca deja de ser nuestro Sanador, Consolador y Libertador. Incluso cuando Él debe confrontarnos y reprendernos, es para que finalmente pueda liberarnos. Recuerden, Jesús comenzó su ministerio con un anuncio sorprendente, una proclamación que definiría su relación eterna con la Iglesia. El dijo: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año favorable del Señor.» (Lucas 4:18-19).

JESUS NO VINO A CONDENAR

Jesús fue ungido (es decir, fue preparado y facultado por Dios) para proclamar la «liberación de los cautivos». No vino a condenar a los cautivos, sino a liberarlos. No está enojado porque seamos «ciegos»; El viene a darnos visión. No está decepcionado porque estemos «abatidos»; El viene a levantarnos. Si has recibido la unción de Jesucristo en tu vida, entonces hay una corriente constante de energía divina trabajando en tu espíritu para liberarte del pecado, recuperarte de las heridas y liberarte de las limitaciones de la carne (Gálatas 5). En el momento en que miras a Dios, sabes que Su poder está trabajando; en el momento en que te vuelves a la oración, el poder de la resurrección se pone en marcha.

Jesús vino proclamando «EL AÑO FAVORABLE DEL SEÑOR» (Lucas 4: 19). La versión amplificada en inglés añade: «. . . el día [en que la salvación y los favores gratuitos de Dios abundan]». Sin importar cómo te sientas, cómo te veas, o cómo hayas actuado recientemente, justo en este momento, el Espíritu de Dios está extendiendo Su favor hacia ti, asegurándote que una liberación está en camino.

QUE SIGNIFICA

En términos prácticos, esto significa que, si has sido encarcelado por el pecado o el diablo, este año triunfarás sobre tus enemigos. Si tienes seres queridos atrapados en la esclavitud, ellos también, al interceder, conocerán la libertad del Señor. También significa que, si has estado pisando el agua espiritualmente y no vas a ninguna parte, una liberación está llegando hacia ti también. Este año marcará una temporada de realización espiritual mensurable para todos los que desean vivir como Cristo. Recuerden, aunque las cosas temibles pueden ocurrir a nuestro alrededor, algo más impresionante aún está ocurriendo dentro de nosotros. Este año será el año de la gran liberación. (Francis Frangipane)

DIA 8: Lee Mateo 12; concéntrate en los versículos 43 al 45. Pídele a Dios que te llene con Su glorioso Espíritu para que puedas obtener la victoria. Declara que saquearás el campamento del enemigo y tendrás una restauración siete veces mayor. Ponte de acuerdo con Dios en que, una vez que hayas sido liberado de una cosa, tu liberación estará asegurada y ninguna otra fuerza podrá alcanzarte. Lee Marcos 4. Declara que tu semilla prosperará. Grita: «¡No voy a dar marcha atrás!» Pídele al Señor tu próxima medida de fe.

Gálatas 5:1 Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por lo tanto, manténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.

Para ser totalmente libres, necesitamos tener el deseo de ser totalmente obedientes para hacer aquello que Dios demanda de nosotros, porque solo el Hijo de Dios, que murió y resucitó por nosotros, puede hacernos totalmente libres de cualquier cautividad en la que nos encontremos. “Entonces Jesús le decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:31-32)

Con amor y oraciones,

Fuente:
Magie de Cano

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