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Jesús ante el Concilio, Porqué no le creyeron

MATEO 26:57-66 Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58 Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin. 59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, 60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, 61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. 62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. 64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. 66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! 67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, 68 diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.

Estamos en esta semana en la cual conmemoramos el sacrificio de Cristo hecho para salvarnos a nosotros los pecadores, y al leer los textos que nos narran los acontecimientos de esa semana de la pasión de nuestro Señor Jesucristo nos encontramos con este texto que verdaderamente es impresionante, en lo personal este texto siempre me ha impactado mucho, pues podemos ver como el Señor fue llevado y presentado ante las autoridades religiosas de Israel, del pueblo de Dios, fue llevado ante los principales sacerdotes, los escribas, los ancianos y el concilio. (Vs 57-59) Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58 Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin. 59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte,

Jesús fue llevado ante el Sanedrín, es decir, la asamblea o consejo de ancianos del pueblo de Israel, el Sanedrín era la Corte Suprema de la ley judía cuya misión era administrar justicia interpretando y aplicando la Torá, la ley sagrada. Era competente en asuntos religiosos, penales y civiles.

Es decir que estaba delante de personas que tenían mucho conocimiento de la ley de Dios, tenían conocimiento de la religión judía, y también tenían mucha autoridad.

Lo impresionante es que delante de estas personas que POR PRIMERA VEZ NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SE IDENTIFICÓ COMO EL MESÍAS EN PÚBLICO. Y no sólo eso, sino que expreso que en él se cumpliría  la profecía de Daniel que hace referencia a la segunda venida del Mesías. (Vs 63-64) Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. 64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.

(Daniel 7:13-14) Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno,  que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.

Pero lo más impresionante aun es que habiéndoles él declarado que él era el Mesías, que él era el hijo de Dios, que él era el cumplimiento de las promesas hechas por los profetas del Antiguo Testamento para su pueblo, NO LE CREYERON, sino que al contrario, lo humillaron, lo menospreciaron, y se burlaron de él (Mateo 26:65-68) Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. 66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! 67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, 68 diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.

Pero ¿Por qué no le creyeron? Si ellos habían visto los milagros que Jesús había hecho, habían escuchado el poder de su palabra, habían visto su autoridad espiritual que aun los demonios se sometían a él.

La respuesta a esa pregunta la podemos resumir en TRES CAUSAS las cuales todos aquellos que hemos tenido la oportunidad de compartir la palabra del Señor con otras personas a través del evangelismo personal podemos identificar y que son las mismas causas por las cuales aquellos hombres no creyeron en las palabras del Señor y lo rechazaron: UN CORAZON ENDURECIDO POR EL PECADO, EL CONOCIMIENTO HUMANO Y LA RELIGIOSIDAD.

VEAMOS CADA UNA DE ELLAS POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS:

I) NO LE CREYERON PORQUE TENIAN SU CORAZÓN ENDURECIDO POR EL PECADO (ISAIAS 46:11-13) Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: 13 Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.

El corazón de esos hombres que juzgaron al Señor estaba endurecido por completo por causa del pecado, por su soberbia, por la envidia y el odio que tenían en contra del Señor (Mateo 27:17-18) Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque sabía que por envidia le habían entregado.

Cuando el pecado ha endurecido nuestro corazón rechazamos las palabras del Señor, cuando el corazón esta tan duro por causa del pecado y de la mundanalidad amamos más lo que nos está destruyendo y rechazamos el amor de Dios que quiere rescatarnos y salvarnos de la condenación (Juan 3:19) Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Lastimosamente a muchas personas se les predica el evangelio, se les habla de la salvación, se les invita a venir al Señor, pero su corazón esta tan duro como un diamante y NO QUIEREN NADA CON EL SEÑOR

(Zacarías 7:12) y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.

II) NO LE CREYERON PORQUE TENIAN LA MENTE ENVANECIDA POR EL CONOCIMIENTO HUMANO (1 CORINTIOS 8:1) En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.

Estas personas que estaban en el concilio, escribas, fariseos, doctores de la ley, sacerdotes, tenían tanto conocimiento que no reconocieron al hijo de Dios, lo menospreciaron, se sintieron superiores a él, su conocimiento lleno de vanidad su corazón que menospreciaron al Señor.

Lastimosamente las personas a las que más les cuesta creer en la palabra de Dios, a las que más les cuesta reconocer que necesitan la salvación, a las que más les cuesta abrir su corazón al evangelio de salvación es a las personas que tienen mucho conocimiento humano, gnósticos, filósofos, intelectuales, etc

Su corazón está lleno de altivez y de argumentos humanos que se levantan en contra del conocimiento de Dios (2 Corintios 10:5) derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

Están tan llenos de filosofías y argumentos que menosprecian la sencillez del evangelio, no comprenden que el amor de Dios es superior a todo conocimiento humano y que ellos también necesitan recibir en sus vidas ese amor de Dios para salvación (Efesios 3:19) y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

No comprenden que no hay nada mejor en la vida que conocer a nuestro Señor Jesucristo como salvador de nuestra vida (Filipenses 3:8) Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

III) NO LE CREYERON POR QUE SU CORAZÓN ESTABA LLENO DE RELIGIOSIDAD (MATEO 7:5-7) Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? 6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.

Es increíble pero los mas grande líderes de la religión judía fueron los que rechazaron y condenaron a muerte al hijo de Dios.

Su corazón estaba lleno de religión pero no tenían fe, no conocían de verdad a Dios, y lastimosamente muchas personas en el mundo por esa misma causa rechazan al Señor, porque tienen una religión, porque conocen mucho de su religión pero verdaderamente no conocen la voluntad del Señor.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | EL SALVADOR

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