Israel es un pueblo especial, un pueblo emblemático del cual el mundo ha aprendido muchas cosas. Una de las lecciones más recientes y resonantes que nos ha dado la nación judía es su eficaz gestión sanitaria para enfrentar la pandemia del Covid-19. Su estrategia ha consistido en desplegar un ágil e intensivo programa de vacuna que en poco tiempo cubrió más del 60 por ciento de su población, factor clave en la disminución de los contagios por Covid-19 en ese territorio.
Una reciente evaluación de los resultados de la inoculación con la vacuna Pfizer arrojó que la aplicación de las dos dosis brinda una protección de más 95% contra el contagio, enfermedad grave o muerte por Covid-19.
Aunque a duración de la inmunidad al Covid-19, tanto la provocada por la infección como por la inmunización, sigue siendo desconocida, lograr la inmunidad colectiva requerirá un aumento continuo de la cobertura de vacunación en todo el mundo. Sin embargo, a partir del próximo 23 de mayo, Israel abrirá sus fronteras a los viajeros que estén inmunizados, aunque deberán someterse a una prueba PCR antes de tomar el vuelo y hacerse un test al llegar al aeropuerto de Tel Aviv.
En este sentido, Israel está en contacto con otros países para llegar a acuerdos que reconozcan un certificado de vacunación en busca de eliminar pruebas antes de la entrada al país. Ya en Israel los ciudadanos pueden estar al aire libre sin mascarillas y las escuelas reanudaron las clases presenciales en todos los niveles por completo.
Hasta este momento, ningún país del mundo había descrito el impacto sobre la salud pública de una campaña de vacunación contra el Covid-19 a nivel nacional. Israel es el modelo a seguir porque nos ha demostrado a todos que en definitiva las vacunas funcionan.
LAS VACUNAS CONTRA EL COVID-19 EN REPUBLICA DOMINICANA
Nuestras autoridades sanitarias, y nuestro presidente Luis Abinader han actuado con presteza y de manera eficaz en la lucha por detener el tenebroso avance del Covid-19. En estos momentos en el país tenemos vacunas suficientes y un programa eficaz y bien diseñado para inocular un alto porcentaje de nuestra población y reducir así al mínimo los nefastos efectos de esta grave y desastrosa pandemia.
Tenemos como modelo al pueblo de Israel, con toda esa carga e influencia que la interpretación bíblica, escatológica y profética ejerce sobre nosotros como nación clave en la agenda histórica de Dios. Esto puede funcionar como fuerza de motivación para darle la mayor cobertura de inoculación a toda nuestra población.
Con todo este gran espectro de razones y motivos para desarrollar un intenso programa de vacunación masivo. Como iglesia, creo debemos motivar a nuestros hermanos y conciudadanos a que se vacunen, a que lo hagan voluntaria y responsablemente, a que sean diligentes y dejen de ser un vector contaminante de un virus que nos ha provocado tanta tragedia y caos, quitando de nuestro lado tantos seres queridos y generando tantos trastornos y pesares para nuestro mundo.
Vamos a animar a la gente para que se vacune, vamos a decirles a nuestros hermanos en la fe que es más sano y seguro seguir el modelo de Israel, el pueblo de Dios, y vacunarse, que dejarse arrastrar por oscuras teorías conspirativas, cuyas inspiración y procedencia muchas veces surgen en mentes retorcidas que tienen como propósito provocar confusión e incertidumbre. Mis humanos, no le hagan coro a esa gente, no se lleven de teoría baratas. Vacúnense, que en la sabiduría que Dios le ha dado al hombre, está la mejor manera de salir de esta letal pandemia.