Dios está buscando hombres y mujeres consagrados quienes lideren a partir de una intima relación con él.
Todo cristiano, ya sea líder o miembro activo de una comunidad religiosa, debe tener claro y entender a la perfección la importancia de tener una relación intima con Dios como la base de su liderazgo y llevar a la práctica pasos específicos para profundizar esa relación.
En la profundidad de cada alma hay un lugar de encuentro, un castillo donde el creyente y Dios pueden comunicarse. Para algunos creyentes, el castillo está lleno de calor, alegría y risa. Para otros está vacío, solitario y casi inexistente. La elección es suya: cultivar una intensa, productiva vida interior con el Señor o dejarlo estar estancado y árido.
FUNDAMENTO BIBLICO.
Intimidad es el resultado de un deseo mutuo, incluye una relación de absoluta confianza, sin ningún temor. Moisés es un ejemplo claro, de cuanta confianza depositaba en Dios. La Biblia nos dice que hablaba con Él cara a cara. En el libro de Éxodo podemos leer:
En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y tapaba la entrada, mientras el Señor hablaba con Moisés… Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo.
Su relación con Dios era como la que se tiene con un amigo(a).
Jesús lo aclara mas en Juan 17:21-22
Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros.
La relación entre Padre e Hijo es a la misma vez modelo de intimidad humana y divina y una petición que tengamos nosotros la misma experiencia. Ahora bien, en una relación intima de amistad con Dios pueden surgir barreras que nos impidan desarrollarla.
BARRERAS A LA INTIMIDAD.
Superficialidad.
Esta se manifiesta en la falta de compromiso y seriedad. Muchas veces actuamos de esta manera, no dándole la importancia debida a nuestra relación con Dios. A veces los afanes diarios, el devenir del mundo nos absorbe y solamente dedicamos una pequeña porción de nuestro tiempo para acercarnos al trono de la gracia. En Mateo 13:5-6 nos ilustra esto de la siguiente manera:
Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
La respuesta de Dios, ante esto es que debemos invertir tiempo para profundizar nuestra relación con Él. En el entendido que muchas de las bendiciones y verdades para nuestras vidas mas grandes para nosotros, se encuentran en las profundidades donde la mayoría de personas no se toman el tiempo de descubrirlas.
!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, se inescrutables sus caminos! Romanos 11:33
Ahora preguntémonos ¿CONOCEMOS A DIOS PROFUNDAMENTE O SUPERFICIALMENTE.
Falla en Priorizar.
El mundo nos envuelve en lo que podría llamar la “tiranía de lo urgente”, es una cultura, donde todo es para “YA”. Nos absorbe tanto que nos afecta en nuestro ser interior, dejándonos estresados, haciéndonos impacientes, a veces resentidos y peor aún, vacios. Nuestras vidas giran en torno a compromisos, ya sean laborales, de estudio, ministeriales; y no nos damos un respiro para escuchar la voz apacible de Dios, nuestro amigo. El desea escucharte, que compartas tus penas, tus proyectos, tus necesidades. Lo primero es lo primero, y todos sabemos que nuestro Dios debe ocupar el primer lugar en nuestras prioridades.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Salmo 42:1-2
Enfocarse en Información en vez de Intimidad.
Podemos saber mucho acerca de Dios y de la santidad sin realmente conocerle a Él. A veces creemos que con recopilar todo tipo de información referente a Dios, estamos en el camino de conocerlo. Esto obviamente, no significa que no debemos instruirnos en el conocimiento de Él. Al contrario somos llamados a prepararnos para llevar a cabo la tarea que se nos ha encomendado. Para poder llevar a cabo una relación con Dios más efectiva, es necesario practicar disciplinas espirituales. Estas nos acercaran a Dios porque se enfoca en Él, en vez de solo en conocimiento.
Los mas grandes problemas de nuestro época no son tecnológicos, no son políticos, ni económicos; son morales y espirituales. Ante esto las disciplinas espirituales nos mueven de vivir una vida superficial a una vida mas profunda y con propósito. Nos liberan del egocentrismo y del temor. Estas no son solo para los grandes líderes y pastores, NO. Están dirigidas a todo tipo de persona, gente común que este dispuesta a entablar una relación intima con nuestro Padre celestial, con el Rey de reyes y Señor de señores.
La intimidad con Dios es una elección y un compromiso. La elección es suya mí querido lector. Cultivar una profunda relación con Dios y llevar una vida interior plenamente llena del Espíritu Santo nos ayudara a convertir nuestro desierto espiritual, en ríos de agua viva.
Invierta tiempo en la Oración y en la Meditación de su palabra, ya que a través de estas practicas usted crecerá espiritualmente y su vida será una vida efectiva, llevando fruto y sumamente VICTORIOSA EN CRISTO JESUS.