Durante nuestra vida cristiana, permanecemos orando a Dios y teniendo Fe de que lo que pedimos a Él llegará a nuestras vidas en algún momento, siempre todo conforme a su voluntad. Sin embargo, muchas veces permitimos que las intenciones o motivaciones de nuestros corazones con respecto a nuestros anhelos puede ser egoístas, desconsiderados o presuntuosos.
Un ejemplo de esto puede ser un carro. Creo que todos en algún momento deseamos tener un carro propio. ¿Tiene algo de malo tener carro? ¡Por supuesto que no! Sin embargo, las motivaciones o intenciones si pueden ser equivocadas.
Es decir, muchos tienen buenas intenciones: Bendecir a otras personas, buscarlas y llevarlas a la iglesia e incluso para facilitar aspectos de nuestra vida. Pero también hay personas con malas intenciones: Querer el carro para si mismos y solo usarlo para ellos, o presumir el hecho de tener un carro.
La palabra de Dios dice que muchas cosas podemos considerarlas, según nuestra opinión, correctas. Pero Dios examina nuestro corazón, nuestras intenciones y motivaciones.
¿Te estás guiando por las motivaciones correctas?
Citas bíblicas: La gente puede considerarse en lo correcto según su propia opinión, pero el Señor examina el corazón.»
(Proverbios 21:2)