«He aquí, en esto no has hablado justamente; Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre. ¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.» Job 33:12-13 (RV60)
Muchas veces el dolor o el sufrimiento intenso nos hacen pecar con nuestros labios y llamar «injusto» a Dios. Job defendió tanto su integridad que quiso altercar con Dios y lo llevó al punto de expresar que Dios estaba en un error, ya que todos estaban limitando el sufrimiento al pecado y no veían todo lo que Dios quería sacar de esto.
Debemos tener cuidado, ya que nuestra lengua es muy peligrosa y muchas veces tratando de justificar nuestras acciones, juzgamos mal a otros, peor aún, a Dios. Job no comprendía los motivos de lo que estaba viviendo, pero reconocía a Dios como el autor de todo, por lo que en algunos momentos lo hizo ver como un Dios «injusto». Job estaba solo viendo su parte, no conocía lo que Dios estaba obrando y por ello lo consideró así. Debemos tener cuidado de juzgar algo cuando no conocemos el cuadro completo. Es fácil juzgar, en especial cuando lo que sucede nos afecta o afecta a alguno de nuestros seres queridos. Fue por eso que cuando Dios habló, Job pudo ver con unos lentes diferentes, vio la bondad de Dios y Su amor y pidió perdón. Entonces fue restaurado. Necesitamos escuchar a las partes involucradas en un conflicto antes para poder juzgar justamente algo y dar un consejo apropiado.
Oración
Señor, mi Dios, Te pido perdón por cada vez que he pensado o expresado que algo es injusto, pues al hacerlo, te he llamado injusto y no lo eres. Quiero recordar, por dura que sea la situación, que Tus obras buscan tallar Tu imagen en mí, y eso es amor y misericordia hacia mi vida. ¡Te adoro Soberano Rey, amén!