La Iglesia del Señor está viviendo tiempos de decisiones clave. Dios está despertando a su pueblo con una visita fresca y poderosa. Hoy más que nunca, como Iglesia, estamos llamados a asumir con seriedad nuestra responsabilidad: predicar el evangelio a toda criatura y preparar el camino para el regreso de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 25-13 “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.”
La parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13) es una advertencia directa a los creyentes. Todas esperaban al Esposo, pero solo cinco fueron prudentes. Las otras cinco, insensatas, no se prepararon. Cuando llegó el esposo, era demasiado tarde para ir a buscar lo que no tenían. Así será en los últimos tiempos: no habrá oportunidad para improvisar una fe que no fue cultivada.
¡Iglesia, levantémonos y llenemos nuestras lámparas con el aceite del Espíritu Santo! Que nuestras vidas reflejen el perfume de Cristo, que nuestras palabras anuncien con claridad su verdad, y que nuestras acciones sean coherentes con el mensaje eterno que predicamos.
Dios está alineando a su pueblo con su justicia. Está levantando hombres y mujeres que escriben, proclamen y vivan la revelación de su voluntad. El tiempo es ahora. No es momento de dormir, sino de velar, de discernir, de actuar con visión sensata.
El Reino de Dios se ha acercado, y la venida de nuestro Rey está a las puertas.
Iglesia, familia y nación: preparemos el corazón. Que no se apague la llama, que no falte el aceite, que se escuche fuerte el clamor:
¡Aquí viene el Esposo, salid a recibirle!!
Seamos como las vírgenes prudentes.
Ministerio Tabernáculo Prensa de Dios
Proclamando esperanza, encendiendo lámparas con aceite fresco