He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. Amós 8:11
La gravedad del hambre de la humanidad no se satisface con pan y carne; y para este tiempo, muchos desean escuchar la Palabra de verdad de Dios para guiar sus vidas, en vano no la encuentran porque la apostasía nos arropa y por tal razón no saben dónde hallarla. Otros buscan santuarios o hacen peregrinajes tratando de encontrarlo, pero igual no lo verán ni lo sentirán.
Si nos alejamos de Dios, vendrá la sed, no habrá ninguna Palabra para nosotros. El Espíritu Santo se apaga y no podemos recibir su dirección. Cuando nuestro corazón sienta ese abandono, allí debemos reaccionar, arrepentirnos y volver Dios. Anhelemos tener hambre y sed de justicia, sed de Dios, de que nos hable, anhelemos que se cumpla su Palabra y su voluntad en esta tierra.
Si decidimos buscarlo de corazón lo hallaremos, seremos saciados, no tendremos sed, el gozo será perpetuo. Dios te guarde y te bendiga grandemente en este día, Amén.