“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” Romanos 5:1-5
Debemos aprender a gozarnos en la esperanza, para poder gozarnos en las tribulaciones. La tribulación produce paciencia; la paciencia, prueba; la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza, porque Dios no te va a fallar.
Hay quienes van a querer enseñarte cosas que ellos saben, pero que nunca lo han vivido; pero una cosa es lo que digan que saben y otra es lo que saben porque lo han vivido; teoría vs experiencia. Hoy, tu vida tiene más peso no por lo que sabes, sino por lo que has vivido, porque lo que has vivido es producto de la paciencia en medio de las tribulaciones, la cual te da esperanza. Al momento de llegar la tribulación, al tener esperanza, experimentarás gozo, porque sabes que todo va a pasar, todo es cuestión de tener paciencia. Hay problemas en la vida que lo único que debes hacer es vivir un día más que ellos para que desaparezcan. Hay enemigos en tu vida que la única solución que tienes es no morir ante de ellos; Vive un día más, simplemente para verlos a ellos en la tumba y decirles: No me mataste, yo te gané y viví un día más. La experiencia te dice que eso desaparece, que eso se va, que algo nuevo llegará; Es ahí donde compruebas que hay esperanza.
“24Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?” Romanos 8:24
En varias ocasiones en la Biblia, Pablo nos habla que fuimos salvos por la gracia, por medio de la fe. Pero, en Romanos 8:24-26, él nos dice que fuimos salvos por la esperanza. La salvación se experimenta en 3 tiempos en nuestra vida; Cuando tú aceptas a Cristo como tu Salvador, eres salvo en el momento en espíritu; Cuando tu mente entra en un proceso de renovación y salvación; Y, por último, tu cuerpo comienza una transformación en su totalidad. En otras palabras, tu espíritu es salvo, tu mente se va a salvando y tú serás salvado de todo lo que estás viviendo; Es un proceso natural.
“25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. 26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. ” Romanos 8:25-28
La esperanza se imagina, pero no se ve. Si enfocas tu esperanza en construir un edificio dependiendo de lo que vez en el banco, de un préstamo o de que el seguro te pague, eso no es tener esperanza porque, si lo ves, no es esperanza. Aunque la esperanza no sabe ni ve, sino que imagina, en medio de la esperanza, tú debes saber que sí, Dios te ama y que hay un propósito en tu vida. Dios no te pide que busques el propósito de la circunstancia que estás viviendo, Dios te pide que confíes, que sepas, que hay propósito a pesar de todo lo que estés viviendo, porque su amor cuida de ti.
El poder de la esperanza se vive o se vivifica en medio de los problemas; Cuando naturalmente no ves la solución que quieres, los resultados que esperabas; Cuando comienzas a cuestionar el amor de Dios, a pensar que todo está perdido; Cuando entras en desesperación; Es en ese instante que debes activar el poder de la esperanza. La esperanza no cambiará tu circunstancia; La esperanza te dará la paciencia y el carácter para que permanezcas firme creyendo hasta que Dios cumpla su promesa en ti. La esperanza te ayuda a crear una atmósfera de fe en tu vida, porque la fe necesita esperanza para cambiar lo imposible en posible. Si no tienes expectativas, si no tienes sueños, si no tienes ambiciones ni nada por lo que activar tu fe, las circunstancias no van a cambiar; Seguirás en el mismo lugar. La Biblia dice que lo que no proviene de fe, es pecado. Cuando no tenemos esperanza, estamos propensos a pecar. Una persona que no tiene esperanza puede sufrir melancolía, pierde fuerzas, no le importa nada, lo da todo por perdido y, eventualmente, comienza a provocar depresión en su vida porque, así como la esperanza produce fe, la desesperanza también produce duda. Tus dudas comenzarán a disiparse en el instante que comiences a esperar; Cuando comienzas a imaginar un futuro totalmente diferente, cuando comienzas a mirar hacia delante, es ahí cuando te comienzas a dar cuenta que el Señor tiene grandes cosas para tu vida. Esto se hace cada vez más fuerte y consiente en ti a través de la experiencia. La experiencia te dice que todo va a cambiar, que este no es tu final, que Dios puede tornar toda la maldición en bendición.