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Gira la llave y abre la puerta

Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá. Isaías 22:22

A finales de septiembre de este año compartí esta palabra de Nate Johnston que decía: “Siento imperativo profetizar sobre ustedes hoy que la puerta está lista. Esta es una oportunidad única en el tiempo. La llave está en la cerradura y está lista para abrir, es tiempo de acercarse a la puerta, respiren profundamente y suelten lo que se tiene que ir, ríndanse con una sonrisa tranquilizadora, giren la manija y caminen. Lo que les espera del otro lado los va a sorprender absolutamente. Los frutos de su fe y obediencia estarán maduros y listos para la cosecha. La provisión que necesitan, el descanso que necesitan, el gozo que necesitan, la paz que necesitan, la comunidad que necesitan, todo les está esperando al otro lado de su fe abriendo la puerta. Y los frutos en el jardín llevan las semillas del destino para la próxima temporada en la que están a punto de entrar. ¿Entonces, Qué esperan? Pasemos hacia él”. ¿Cuál es esta llave para ingresar a lo nuevo?

La llave de la casa de David es la INTIMIDAD CON DIOS. David levantó el Tabernáculo que era una tienda abierta con adoración las 24 horas. Su adoración lo llevó a ganar grandes batallas. El Salmo 24 dice. “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, alzaos vosotras, puertas eternas, para que entre el Rey de la gloria. ¿Quién es este Rey de la gloria? El Señor, fuerte y poderoso; el Señor, poderoso en batalla”. Mientras intensificamos nuestros tiempos de intimidad con Dios y nuestras manos se levantan en adoración a Dios, Él se manifestará como nunca antes y veremos victoria en nuestras batallas.

Las pruebas y batallas nos han tenido solamente en lamento y queja, pero es tiempo de restaurar nuestra adoración. Es tiempo de venir ante El con manos limpias.

Salmos 24:1-6 Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan. Porque Él la fundó sobre los mares, y la asentó sobre los ríos. ¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quién podrá estar en su lugar santo? El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño. Ese recibirá bendición del Señor, y justicia del Dios de su salvación. Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, como Jacob.

Aprovechemos esta oportunidad, este tiempo oportuno, este KAIROS de Dios, para entrar por esta nueva puerta para un nuevo ciclo de bendición, que Dios ha preparado para los que le aman y le buscan de todo corazón. ¡Tomemos la llave en nuestra mano y pasemos por las puertas!

Salmos 100:4-5 Entremos por sus puertas y por sus atrios con alabanzas y con acción de gracias; ¡Alabémosle, bendigamos su nombre! ¡El Señor es bueno! ¡Su misericordia es eterna! ¡Su verdad permanece para siempre!

El Señor nos llama a adorarle, a rendirnos ante Su presencia, aún en medio de nuestras pruebas, aun en medio del dolor de nuestro corazón roto, porque a través de la alabanza El romperá los yugos y sanará los corazones quebrantados. Abramos las puertas y permitamos que El entre como el Rey de la Gloria. Se abrirán puertas dobles y Dios multiplicará nuestra semilla para avanzar mientras salimos con la doble unción que estará sobre nosotros … ¡Gloria a su nombre!

Amós 9:11-15 En aquel día levantaré el tabernáculo caído de David, repararé sus brechas, levantaré sus ruinas, y lo reedificaré como en tiempo pasado, para que tomen posesión del remanente de Edom y de todas las naciones donde se invoca mi nombre —declara el Señor, que hace esto. He aquí, vienen días —declara el Señor— cuando el arador alcanzará al segador, y el que pisa la uva al que siembra la semilla; cuando destilarán vino dulce los montes, y todas las colinas se derretirán. Restauraré el bienestar de mi pueblo Israel, y ellos reedificarán las ciudades asoladas y habitarán en ellas; también plantarán viñas y beberán su vino, y cultivarán huertos y comerán sus frutos. Los plantaré en su tierra, y no serán arrancados jamás de la tierra que les he dado —dice el Señor tu Dios.

Fuente:
Magie de Cano

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