JUECES 6:11-16 El libro de Jueces nos narra la historia de la vida del pueblo de Israel en la tierra prometida, aún no había reyes en Israel (Jueces 17:6) en lugar de reyes Dios levantaba hombres y también mujeres que gobernaran a su pueblo, que peleara por ellos y los defendiera de sus enemigos.
La historia de Israel en esa época era de constantes altas y bajas espirituales, pues muchas veces el pueblo se volvía a la idolatría adorando a los dioses de los pueblos que habitaban junto con ellos la tierra, y eso traía castigo de parte de Dios, y los pueblos se levantaban en contra de Israel, para defenderlos, Dios levantaba para ellos un juez y el pueblo volvía su corazón a Jehová, pero con el tiempo volvían a hacer lo malo nuevamente (Jueces 2:11-19)
Lastimosamente esa historia del pueblo de Israel también es aplicable a la vida cristiana en la actualidad, pues muchos cristianos solamente buscamos a Dios en tiempos de aflicción, pero cuando Dios obra y nos libra de la aflicción nos olvidamos de el nuevamente, nos apartamos de sus caminos, nos apartamos de sus ministerios.
Dentro de todos los jueces que Dios levanto, los cuales fueron doce en total, encontramos a un hombre llamado Gedeón, hijo de Joas de la tribu de Manases, fue uno de los principales jueces que Dios levanto sobre su pueblo.
En el tiempo de Gedeón el pueblo de Israel estaba sufriendo mucha escasez a causa de los madianitas, los cuales devoraban todo el fruto de las cosechas de los Israelitas y los tenían muy empobrecidos (Jueces 6:3-6)
Dios busco y llamo a Gedeón para convertirlo en el guerrero que su pueblo necesitaba para hacerle frente a los Madianitas, para Dios Gedeón era un varón esforzado y valiente, de esa forma veía Dios a Gedeón (vs 12)
Analicemos el texto y saquemos las lecciones para nuestra vida:
LAS DEBILIDADES DE GEDEON La historia de Gedeón y su llamado de parte de Dios nos muestra a cada uno de nosotros que nuestras debilidades y nuestras limitantes no son un obstáculo para los planes de Dios en nuestra vida, que a pesar de todas nuestras debilidades Dios puede usarnos para sus propósitos.
GEDEON TENIA BAJA AUTO ESTIMA (Jueces 6:12-15)
El sentía que no podía aceptar el llamado de Dios pues su familia era pobre, es decir no era alguien reconocido en la sociedad y seguramente sus palabras y sus acciones no serian tomadas en cuenta.
El era el menor, es decir se consideraba indigno, sin preparación, sin experiencia para llevar a cabo los planes de Dios.
GEDEON ERA UNA PERSONAS MUY INSEGURA (JUECES 6:17 Y 36-40)
A Gedeón le costó obedecerle a Dios, tenía dudas en su corazón, había mucha inseguridad en él, por ese motivo le pidió hasta tres pruebas o confirmaciones a Dios para poder obedecer.
Muchas veces la inseguridad es lo que más nos impide cumplir con la voluntad y los propósitos de Dios en nuestra vida, nos cuesta avanzar en fe.
Seguramente muchos de nosotros tenemos exactamente esas mismas debilidades de Gedeón y muchas otras más, pero podemos darnos cuenta de que para Dios no es problema usarnos a pesar de nuestras debilidades, de hecho, en la Biblia podemos darnos cuenta de que a Dios le encanta usar a los débiles para sus propósitos, con los que reconocen sus debilidades (1 Corintios 1:27 / 2 Corintios 4:7)
Nuestras debilidades no son un accidente. Dios las ha permitido en nuestra vida con el propósito de demostrar su poder a través de nosotros (2 Corintios 12:9-10)
LA FORTALEZA QUE DIOS LE DIO A GEDEON (JUECES 6:14-16)
A pesar de las debilidades de Gedeón el Señor lo fortaleció, y esa fortaleza la podemos resumir en dos puntos muy importantes: SER ENVIADO Y SER RESPALDADO.
Ser enviados por el Señor nos da la confianza y ser respaldados por el Señor nos da la victoria.
Si Dios nos envía él se encargará de proveer todos los medios para cumplir lo que nos ha encargado, de abrir las puertas que sean necesarias, de mover las piezas tengan que moverse (Marcos 6:7-9)
Si Dios nos respalda nadie nos podrá hacer frente porque su presencia va con nosotros (Josué 1:5 / Romanos 8:31)
LOS RECURSOS DE GEDEON (JUECES 7:1-7)
El ejército de los madianitas era muy grande y Gedeón salió a la guerra contra ellos con treinta y dos mil soldados, pero Dios le dijo que eran demasiados, y poco a poco el ejercito fue disminuyendo hasta llegar a trescientos soldados.
Dios le demostró a Gedeón que lo que nos parece poco a nosotros, en las manos de Dios es suficiente para obrar maravillas (1 Samuel 14:6 / Marcos 8:4-9)