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Fe Imparable

El corazón de muchos se ha convertido en tierra árida.  A veces, es difícil predicar fe al corazón de personas cuyos corazones han sido quebrantados, decepcionados, porque no están en la condición correcta para recibir la palabra de Dios con fe.  Algunos se preguntan, por qué estamos como estamos, si hay tantos medios de comunicación cristianos, poniendo la responsabilidad sobre la iglesia, en lugar de cuestionar el terreno donde la Palabra está cayendo.  Puede ser que la Palabra no haya encontrado cabida en el corazón del pueblo, de la sociedad.  Esto lo vemos reflejado en la parábola del sembrador, donde el responsable del resultado de la semilla no era el sembrador, sino la condición del terreno.

Para alcanzar lo que Dios está esperando de ti, es necesario remover esa tierra del corazón y comenzar a regar tu tierra, tu mente, tu espíritu, con fe, y fe imparable, fe que no te detenga, para que creas hasta el final.

Cuando un avión está en el proceso de despegue, llega a un punto que se conoce como el punto de no retorno.  En este punto, el avión despega, o despega.  Hay que hacer todo lo necesario para impulsarlo.  De la misma manera, hay un punto en tu vida en que solo tu fe te va a llevar a esa nueva dimensión.

En tu vida, tiene que haber un momento donde no haya marcha atrás: O despegas, o despegas.  Un momento donde tú decidas vivir realmente por fe, basar tu vida en fe.  Tienes que trabajar con tu corazón, para convertirlo en el terreno correcto y que, al caer la palabra de Dios, dé el resultado favorable para tu vida.

En Hebreos 11, la palabra del Señor nos define la fe.  Fe es la certeza, o la evidencia, de lo que se espera.  Si no tienes fe, puedes estar deseando alcanzar algo, pero no tienes la certeza de que lo vas a alcanzar.  Fe es también la convicción de lo que no se ve; Es lo que convence tu mente.  Tu mente no debe estar convencida por el mundo; No son las circunstancias, las dificultades, las que determinan tu vida, sino que tu fe es tu convicción.  Tú debes estar convencido de lo que no se ve.  Por la fe alcanzamos cosas para Dios; Esto es lo que vemos en Hebreos 11.  La fe no es irracional, sino que nos permite entender.  La gente piensa que la fe es algo que no tiene que ver con la mente, cuando en realidad, la fe te hace entender que el mundo fue constituido por Dios.  La fe toca todos tus sentidos, incluyendo tus pensamientos.

Hay personas que piensan que la fe es algo de un momento.  Están esperando tener un momento de fe, pero la fe no es algo que se vive únicamente en un momento.  Hay un momento en que tú tienes fe, un momento en que tu fe se activa, pero la fe no es un momento, sino toda una vida, toda una experiencia.  Por eso dice la Biblia, en el capítulo 2 del libro de Habacuc, que el justo por la fe vivirá.

En Romanos 1, dice que el evangelio se revela por fe y para fe.  Por fe, tú recibes la revelación.  Hace falta fe para recibirla; y la razón por la que Dios te da esa revelación por fe, es para que tengas fe, porque el justo, por su fe, vivirá.

La fe no es cosa de los domingos.  Es para cuando te levantas en las mañanas, cuando te acuestas en las noches, cuando vas a trabajar.  Cada vez que te montas en tu auto, tienes que tener fe de que no te van a chocar, sino que llegarás seguro a tu trabajo.  Tienes que tener fe de que vas a tener trabajo cuando llegues.  Tienes que tener fe de que no vas a tener problemas y, si los tienes, tienes que tener fe de que Dios te va a dar la victoria.  Tienes que tener fe al dejar a tus hijos en la escuela, creyendo que son herencia de Dios, y que Dios los va a cuidar.  Tienes que tener fe al enviar a tus hijos a la universidad, creyendo que la semilla que tú has plantado en sus corazones va a germinar y que el mundo no los va a contaminar.  Tienes que tener fe para casarte, y tienes que tener fe para mantenerte casado toda una vida.

Si tú eres un creyente, toda tu vida se basa en lo que tú crees y no en lo que ves.  No hay otra manera de vivir que no sea por fe.

Si tienes una cita en agenda, o planificaste tus vacaciones, tú tienes fe de que vas a llegar a ese momento y a ese lugar.  Ahora imagínate que esa fe la usaras de manera consciente, con intención.  Tu vida sería una fuera de límites; No te podrían detener.

La esencia del creyente es la fe.  Tú eres un creyente.  Tú tienes fe.  Toda tu vida se basa en fe.  Las cosas de Dios, todas, son por fe.  Efesios 2:8 dice que somos salvos por fe.  Romanos 4:17 dice que somos justificados por fe.  Efesios 3:12 dice que tenemos acceso a Dios por fe.  Juan 6:47 dice que la vida eterna se recibe por fe.  Hebreos 11:6 dice que la única manera de agradar a Dios es por fe.  Romanos 5:2 dice que tenemos acceso a la gracia de Dios por fe.  Gálatas 3:14 dice que recibimos al Espíritu Santo por fe.  Es la única manera.  No hay tal cosa como decir que eres cristiano y no tener fe.  Pero lo damos por sentado, no la usamos conscientemente, no la activamos.

Hay quien piensa que esto de la iglesia es anticuado, pero Hebreos 11 nos presenta hombres y mujeres en diferentes épocas.  Adán no vivió en el tiempo de Abraham, por ejemplo.  Pero, en cuanto a ambos, la diferencia en sus vidas la hizo la fe.  Lo mismo con todos los demás.  Porque la fe no pasa de moda; Es necesaria en cada cultura, en cada época, en cada tiempo, en cada momento.  Y estos hombres y mujeres tuvieron que usar su fe para vencer los más grandes retos.

Quizás tú no tengas que vencer un Goliat o caminar por un desierto y pedirle a Dios agua o enfrentarte –como Moisés – a todo un gobierno que te esclaviza, pero enfrentas problemas en tu casa, en el trabajo, en tus finanzas; Y la respuesta de Abel, de Abraham, de Moisés, de Raab, es la misma para ti hoy: Sin fe es imposible agradar a Dios.  Agárrate de la fe.  Ten una fe imparable.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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