Desde que Israel se hizo nación en 1948, los eventos han venido acelerándose para hacer cumplir la Palabra de Dios.
Jesucristo dijo en Mateo 24:32-34 (LBLA) “Y de la HIGUERA aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también VOSOTROS, CUANDO VEÁIS TODAS ESTAS COSAS, SABED QUE ÉL ESTÁ CERCA, A LAS PUERTAS. En verdad os digo que NO PASARÁ ESTA GENERACIÓN HASTA QUE TODO ESTO SUCEDA.”
La higuera se refiere a Israel, y cuando dice que “su rama ya se pone tierna y echa las hojas”, se refiere al florecimiento de esta nación, y esto ocurrió el 14 de Mayo de 1948. Así que podemos decir que a partir de ese año (1948), el mismo Señor nos dijo que sabríamos que Él está cerca, a las PUERTAS. Que no pasaría esa generación hasta que todo esto aconteciera. Algunos exégetas bíblicos opinan que una generación podría componerse de 40 años, y otros dicen que de 70 años.
Supongamos que fuera de 40 años, todo eso ya hubiese ocurrido al llegar 1988, incluyendo la Tribulación, pero como estamos en el 2014, es obvio que no fue así. Por lo tanto podría suponerse que la generación de la que hablaba nuestro Señor Jesucristo, podría ser de 70 años, y precisamente nos encontramos en ese período, puesto que los 70 años se cumplen en el 2018. Es decir que, quizá seamos nosotros esa generación que vería el cumplimiento de esas profecías.
Por supuesto que no estamos fechando el inicio del período Tribulacionario, y menos aún la fecha del arrebatamiento, pues el arrebatamiento de la Iglesia-Novia será “sorpresivo”, según la Biblia. Sin embargo, por medio de los eventos o acontecimientos mundiales (según lo narra Mateo 24) podríamos saber el tiempo del cumplimiento de todas estas cosas.
Ahora bien, al observar esos eventos, podemos conocer que la Biblia está cumpliéndose verso por verso. Sin embargo, otra de las formas que el Dios Todopoderoso nos dejó como señal para lo que ocurre en la Tierra, fueron los acontecimientos CELESTES.
En Génesis 1:14 (LBLA) encontramos: “Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para SEÑALES y para estaciones y para días y para años;..”
Es decir que, los eventos celestes son también SEÑALES para los hijos de Dios. Los cristianos deberíamos estar alertas también de estos acontecimientos. La palabra hebrea empleada para “Señales” es “ooth”, que según el Dicc. Strongs significa “señal (literal o figurativamente), como bandera, baliza, monumento, augurio, prodigio, evidencia, etc.”
De hecho, en Lucas 21:25-26 (NVI) se nos dice que: «Habrá SEÑALES en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar. Se desmayarán de terror los hombres, temerosos por lo que va a sucederle al mundo, porque los CUERPOS CELESTES serán sacudidos.”
Y la versión Aramea dice: “Y habrá SEÑALES en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la Tierra angustia de las naciones y confusión por el bramido del mar;
Y una gran conmoción que quitará la vida a los hombres por el temor de lo que vendrá SOBRE la Tierra; y las potestades de los cielos serán sacudidas”.
Es decir que, según la Biblia, hay una estrecha relación entre las señales cósmicas y los acontecimientos que ocurren en la Tierra. Lo que le ocurre al Sol, la Luna y las Estrellas (todos ellos cuerpos celestes), son SEÑALES para los hijos de Dios.
Veamos algunos de los eventos celestes que los científicos han anunciado que vendrán en estos dos años (2014-2015):
Las Tétradas del 2014-2015:
Se les llama tétrada a una serie de cuatro eclipses lunares CONTINUOS con la característica que esta (la Luna), adquiere un color rojizo (Por esa razón se les llama Lunas de Sangre), y estos eclipses ocurren en un espacio de tiempo determinado (entre el 2014 y 2015).
Lunas de Sangre (Eclipses de Luna) pueden ocurrir en cualquier momento, algunas veces se pone roja y en otras no, pero lo especial de este caso, las Tétradas, es que ocurren en series de cuatro continuamente en un espacio de tiempo.
Es importante hacer notar que, cuando “el sol se pone en tinieblas”, podría entenderse como un eclipse total de sol, puesto que la luna se interpone entre el sol y la Tierra, y la luna cubre totalmente al sol, y la “Luna en Sangre” como un eclipse total de Luna, cuando esta adquiere un color rojizo (porque otras veces no adquiere ese color).
En el libro de Joel (2:29-31 RV60) encontramos que estos acontecimientos ya están profetizados:
“Y aun sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en esos días. Y haré prodigios en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, ANTES que venga el día de Jehová, grande y terrible.”
Luego en Hechos (2:14-22 RV60) encontramos que el apóstol Pedro toma esas palabras del profeta Joel y las aplica en su momento para explicar el derramamiento del Espíritu santo que estaba sucediendo allí:
19 “y mostrare prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra: sangre, fuego y columna de humo.” 20 “el sol se convertira en tinieblas y la luna en sangre, ANTES que venga el dia grande y glorioso del Señor.”
Y Posteriormente, al Apóstol Juan se le muestra que la Luna de Sangre y otros eventos celestes, serían una señal del Señor.
Apoc. 6:12 “Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre,“ Apoc. 6:13 “y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como la higuera deja caer sus higos verdes al ser sacudida por un fuerte viento.”
Tanto en Joel como en Hechos, se nos dice un detalle muy especial, dice que esos acontecimientos celestes (eclipses de sol y de Luna Roja) serían ANTES que venga el Día de Jehová. Sin embargo, Joel lo llama “El Día de Jehová” y Pedro, movido por el Espíritu Santo, lo llama “El Día del Señor”.
¿Qué diferencia hay entre el Día de Jehová y el Día del Señor?
Pues mucha. El “Día de Jehová” se refiere a la Tribulación (7 años de juicios), y el “Día del Señor” se refiere al encuentro glorioso de la Iglesia-Novia con su amado Jesucristo, la transformación y arrebatamiento de la Iglesia-Novia para encontrarse “en las nubes” con el Señor Jesucristo.
Estas citas nos hablan acerca del Día del Señor Jesucristo, la reunión de Cristo con su amada Novia en las nubes:
Esta manifestación del Señor será cuando Él se reúna con su Iglesia-Novia: “de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Cor. 1:7-8)
Un pecador al que Pablo ordena que lo entreguen a Satanás para que, al menos, su espíritu sea salvo, y se pueda presentar ante el Señor ese día glorioso: “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”. (1 Cor. 5:4-5)
Aquí Pablo le dice a la Iglesia-Novia que ellos son su gloria cuando él tenga que entregarla al Señor en aquel día: “Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis; como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.” (2 Cor.1:13-14)
Esta cita nos dice que el día del arrebatamiento y transformación de la Iglesia será sorpresivo, nadie sabe (ahora) el día ni la hora de cuándo ocurrirá y luego los horrores de la Tribulación:
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” (1Tes. 5:1-3)
Aqui Pablo deja ver dos momentos de la venida del Señor por su iglesia-Novia, el arrebatamiento en sí, y la reunión con Él en las nubes (según 1a. Tes. 4:17): “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con Él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,…” (2 Tes. 2:1-3)
Aquí Pablo ha terminado su carrera ministerial en la Tierra y según los contextos bíblicos, indica él que el Señor le dará su Corona en el Día del Señor:
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2 Tim. 4:7-8)
Aquí también Pedro señala que el Día del Señor será sorpresivo, y luego menciona otros eventos posteriores donde el Padre Celestial hará un reciclamiento de toda la creación terrenal: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.” (2 Ped. 3:9-10)