Tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. (Mateo 9:36)
En primer lugar, estudie el gran amor, la compasión y la tierna misericordia de Cristo. Puede estudiar a los grandes hombres y mujeres en la historia de la iglesia, pero en definitiva tiene que entender el corazón de Jesucristo. Como dice 1 Juan 2:6: “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”.
En segundo lugar, estudie el pecado: su culpabilidad, su poder y su castigo. Eso le enseñará cómo todos caemos presa de las sutilezas del mundo. Romanos 12:2 dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Que eso le recuerde que debe ocuparse no de las cosas del mundo, sino de la evangelización del mundo.
En tercer lugar, estudie a los pecadores. Trate de cultivar amor y comprensión por ellos, no amargura. Observe que los más fervorosos evangelistas a menudo son nuevos convertidos.
En cuarto lugar, estudie las Escrituras. Vea lo que dicen acerca del infierno, de la muerte, del juicio y de la salvación.
Y por último, pida a Dios que le dé pasión por el evangelismo.
Paz.